Vivienda unifamiliar en Baños de Rio Tobía, o por qué cuando unes trabajar para la familia y una constructora que pone pasión en su trabajo no da pereza dirigir una obra a 800 kilómetros de tu estudio.
La Casa MI ha supuesto para nosotros un doble proceso de aprendizaje.
Aprendizaje 1:
"Debemos tomar solo el riesgo que nuestro cliente esté dispuesto a asumir" Carlos Ferrater, Ultzama 2009.
Nos grabamos esa frase en la memoria cuando la escuchamos y nos permite asimilar que hemos estado pidiendo a nuestros clientes que aceptaran el proyecto de una vivienda con demasiados riesgos.
Una vivienda menos ambiciosa sigue siendo una buena vivienda. Una arquitectura más comedida sigue pudiendo ser una buena arquitectura.
La Casa MI sufre, desde su principio, un proceso de normalización constante. El riesgo se controla, cada visita de obra hace que la vivienda pierda para nosotros una posibilidad espacial o fenoménica pero gane para los clientes una seguridad personal o cognitiva.
Aprendizaje 2:
Una citara de ladrillo hueco doble para revestir se puede labrar con la misma delicadeza que una fachada de ladrillo cara vista.
Un muro de hormigón in situ para un garaje puede tener una calidad de acabado tan alta que se podría aceptar como hormigón visto.
La diferencia entre construir bien y no hacerlo es solo cuestión de la voluntad de sus agentes.