Aspectos formales

El proyecto nace como una respuesta a la cuestión: ¿Cuál ha de ser la identidad de un centro parroquial en un barrio de nueva construcción del sXXI?

En primer lugar se piensa el proyecto como referencia de un barrio sin una identidad definida previamente, un barrio de extrarradio como tantos otros que invaden la periferia de la ciudades mediante promociones de gran tamaño. Este centro debería de constituir junto a los espacios libres del entorno una de las identidades diferenciadoras del mismo.

En segundo lugar se plantea cual ha de ser la imagen de un centro parroquial en estas circunstancias. Siguiendo la línea marcada por el edificio-monumento de Robert Venturi, el proyecto pretende conformar una imagen simple y a la vez impactante y potente en base a la simbología cristiana. Se toma la cruz como icono general y se empieza a trabajar con su impacto a nivel urbanístico colocándola en diferentes escalas y posiciones, hasta llegar a un esquema de una cruz insertada de manera diagonal y de una altura levemente superior a los edificios colindantes de manera que se perciba su presencia desde cualquier orientación y casi desde cualquier punto de la retícula de calles-edificios del barrio.

Una vez aclarada la imagen y su percepción debemos conformar un edificio en base a este planteamiento, pero ¿cuál ha de ser la posición del edificio en relación a este objeto símbolo? Se inicia el período de pruebas: debajo, al lado, encima, lejos, cerca,… La cruz se convierte en un elemento demasiado potente con el que el edifico no puede dialogar. Hasta que en medio de ese proceso de prueba y error, surge la respuesta, el edificio ha de estructurarse en torno a la cruz. La cruz ha de ser un vacío en medio de un volumen compacto.

La validez de la propuesta se constata en un concierto masivo del grupo francés J.U.S.T.I.C.E que emplea una simbología similar en sus conciertos. La imagen es impactante, el edifico-icono funciona.

Ahora surge la cuestión de la volumetría a la que hacer este vacío en cruz. Se experimentan formas elementales, facetadas, irregulares,… hasta llegar a la conclusión de que la fórmula simple, cúbica potencia la imagen buscada sin distorsiones en torno a la misma. Un cubo de hormigón de alrededor de 20m con una perforación en cruz.

Aspectos funcionales

Partiendo de esa idea de un gran cubo de hormigón con una perforación en cruz, se empieza a estructurar el programa del mismo. La cruz en sección ha de ser el elemento conformador del proyecto y los diferentes espacios han de volcarse a ella, generando un gran atrio interconectado que permita que todos los espacios vuelquen a él y que ordene y organice las funciones en su entorno. Empezamos por plantear los recorridos de un visitante ajeno al edificio  y de uno de los trabajadores del mismo.

En el primero de los casos se plantea su acceso al vacío de la cruz como primer acercamiento al edificio, ya que es el símbolo que identifica al edificio que sea también su entrada. Allí nos espera un mostrador de información que nos orientaría dentro del edificio. En esta planta de acceso también se encuentra el despacho parroquial, el acceso a la capilla de diario y los aseos así como el núcleo de comunicaciones verticales que nos llevará por el edificio.

Bajo este atrio y con un acceso directo desde una plaza exterior se coloca la iglesia, vinculada al espacio de cruz visualmente y a través de la capilla de día. En este espacio se sitúa también la sacristía y las plazas de aparcamiento de la parroquia, a través de las cuales se podría acceder al piso inferior destinado a cuartos de almacén e instalaciones con un vehículo de carga o mantenimiento.

Sobre el espacio de llegada en cruz se sitúan los despachos de Cáritas como un elemento autónomo pero vinculado mediante la cruz al espacio general. En esta primera planta también tendríamos acceso a un pequeño auditorio que podría utilizarse como parte de los salones parroquiales.

Si seguimos subiendo nos encontraremos los salones parroquiales y la vivienda de los párrocos desarrollados ambos en dos alturas, vinculadas a una gran terraza (juegos, reuniones,…) existente en la planta alta del edificio.

En el caso de uno de los residentes del edificio, el proyecto permite el acceso directo al garaje, conectado con el núcleo de comunicaciones verticales que permite acceso directo a cada uno de los niveles antes mencionados.

La conformación de estos espacios busca la máxima interconexión visual y espacial, de manera que se vuelcan a ese gran atrio en cruz y se relacionen entre ellos mediante una sección plegada que los vincula, estableciendo un posible recorrido a través de todos los espacios del conjunto.

CONCURSO_ PROPUESTA NO SELECCIONADA