- El edificio se transforma en topografía para integrarse en el lugar y se orienta hacia las vistas con el objeto de enfocar la Ermita.
- Sus bordes se configuran a partir de los caminos que confluyen en la Ermita de la Antigua.
-La Ermita de la Antigua mantiene su predominio sobre el entorno, con su rotundo volumen, mientras la nueva edificación se aterraza y fragmenta para confundirse con las laderas del lugar.
-La fachada norte del edificio se entierra mientras que la Sur se abre al paisaje, capturando las mejores vistas y generando así un funcionamiento climático idóneo en relación a sus orientaciones.
-Las cubiertas del edificio sirven de soporte para las actividades del centro de acogida e interpretación, al aire libre.
-Funcionalmente el edificio se resuelve mediante una crujía que da servicio a una gran sala, que se compartimenta especializando su uso. Este esquema dota de una total flexibilidad al edificio. La única pieza que no podría soportar dicha flexibilidad, el bar, se desplaza a la planta primera, disfrutando de unas mejores vistas y de unos accesos independientes en relación al espacio público de la Antigua.