Formando una gran plaza verde el centro empresarial Eureka crece desde su acceso hasta alcanzar las dos alturas sobre baja en su parte posterior. Varias rampas vegetales que se continúan fluidamente para conformar un camino sobre el edificio constituyen su cubierta y permiten el acceso al mismo desde distintos puntos para conseguir una posible independencia entre los tres sub-edificios que lo forman y que podrían ser ocupados por empresas distintas, como se pedía en las bases del concurso.

El acceso de camiones y la parte de carga y descarga queda tapados por el juego de cubiertas vegeales, que en este caso se comportan como una gran alfombra que oculta e intenta neutralizar la inevitable contaminación.

Las fachadas del edificio estarían también cubiertas por un manto vegetal que, como en el caso de la cubierta se poblaría con especies autóctonas capaces de controlar la entrada de luz y calor en el edificio según las necesidades cambiantes de las distintas estaciones de manera natural simplemente gracias a sus ciclos naturales de crecimiento, reproducción, floración, pérdida de hojas... Por ello las distintas especies se eligen de acuerdo con la orientación que ocuparán en el edificio.