¿Cuál es la causa de la compacidad de los edificios municipales? La mala gestión municipal característica de muchos edificios de servicios  tiende a reducir programas para ajustarlos a contenedores existentes. El problema surge cuando esa política modela los nuevos edificios, condensados de programas contradictorios a los cuales los ayuntamientos sólo dan una acostumbrada solución: sumarlo todo para hacer de varios problemas sólo uno.

Frente a ello se propone un conjunto edificado mediante niveles yuxtapuestos y programas superpuestos: Mientras que la separación en volumen surge de la separación de “universidad” popular y auditorio, la separación por niveles separa usos públicos y gestión privada. Un cruce formal que modela dos edificios con tres partes. Los edificios se conciben como dos volúmenes independientes unidos por el vestíbulo. Ambos quedan unidos por una banda horizontal, soporte de carteles y anuncios, que separa la zona superior de ambas piezas en hormigón y la zona inferior, transparente y visible, de vidrio. Los volúmenes quedan generados como un conjunto solidario, con un gran espacio de entrada abierto a la avenida que le da acceso.

El conjunto  se propone como un lugar generado como telón de fondo, en el que la gente que lo usa  es la protagonista, al ser concebido como múltiples pantallas por delante de las cuales la gente se hace notar sobre el edificio.

Los edificios se levantan con pantallas de hormigón que estructuran el espacio y las circulaciones. Entre ellas, en el auditorio, se disponen las vigas vierendeel que cubren la contenida luz, y en el aulario se conforman unos pasillos técnicos donde discurren las instalaciones.

La zona superior se cierra con paneles de hormigón prefabricado, mientras que la zona inferior se conforma en vidrio mediante carpinterías practicables que hacen flexibles los diferentes ámbitos, permitiendo que sean unidos según las necesidades.