En Noviembre de 2009, A+A arquitectura participó en el concurso para la ampliación de un cementerio en Alfaro promovido por el Ayuntamiento de esa localidad riojana.
Con un programa con el que los arquitectos estamos poco habituados, comprobamos la complejidad que puede llegar a tener una infraestructura de estas características, donde prima conjugar al máximo el objeto arquitectónico y el paisajismo.
Programa
El programa propuesto por el concurso preveía la ampliación necesaria para que las instalaciones cubran las necesidades de los próximos treinta años.
- Nichos
- Columbarios.
- Crematorio.
- Instalaciones auxiliares: oficina de control de accesos, servicios higiénicos y almacenes.
Se exigían, además, una serie de condicionantes tales como la urbanización de toda la ampliación del cementerio, definición de la parcelas donde se emplazarán los módulos de nichos así como la previsión de accesos y conexión con la infraestructura de cementerio existente.
Objetivos
Los objetivos principales que se propusieron fueron los siguientes:
Planteamiento de una ordenación clara para que tanto las conexiones con la red viaria existente, como la que se realiza con el cementerio actual, se produzcan de la manera más limpia posible.
Facilitar la orientación del visitante dentro del espacio de la necrópolis.
Colocar los edificios auxiliares (oficinas, almacenes, crematorio…) en los ejes principales de la ordenación, para vincularlos al máximo a los accesos creados y al resto del cementerio.
Reducir, en la medida de lo posible, los costes de cimentación, creando bandejas posadas en las diferentes cotas existentes en el solar.
Maximizar la permeabilidad de la urbanización minimizando así las obras de canalización de pluviales y los costes de mantenimiento.
Propuesta
La propuesta se ordena mediante dos ejes principales:
- El eje sur- norte alberga el nuevo acceso y crea una gran avenida que estructura toda la actuación y facilita el acceso a las diferentes zonas de la necrópolis conectando las diferentes cotas a las que éstas se encuentran.
- El eje este- oeste conecta la propuesta con el cementerio existente a “pie llano”.
En el cruce entre ambos ejes, se propone un espacio público y abierto donde se relacionan entre sí las circulaciones principales de las diferentes zonas de la necrópolis. Es en este lugar donde se coloca el crematorio, en una posición central para facilitar su acceso y con sus vistas volcadas a un espacio más íntimo creado en su parte posterior.
El crematorio constituye un volumen autónomo situado en el cruce de los dos ejes principales. Está constituido por la anexión de dos volúmenes, el más grande que alberga la sala de ceremonias y la sala del horno, cuya cubierta se ondula y se parte creando entradas de luz cenital (luz norte, indirecta y uniforme a lo largo del día) que permiten plantear un interior volcado en sí mismo y fachadas sin huecos. El volumen menor alberga los espacios auxiliares (wc y sala auxiliar) así como una sala de espera para los familiares que se abre a un interior de manzana en el que se ubican los columbarios. Ambos volúmenes, adosados lateralmente, se unen definitivamente mediante un poche frontal orientado a sur, que constituye el acceso y el elemento de relación entre ambas partes del edificio.
Se plantea un nuevo acceso desde el extremo sur de la parcela, frente al que se sitúa un aparcamiento sombreado con árboles.
Los usos vinculados a los accesos (servicios higiénicos, oficina de control, almacenes e instalaciones) se sitúan en un volumen longitudinal perpendicular a la entrada del cementerio. Dicho volumen, se vacía en su parte central para constituir un espacio de entrada cubierto al cual se vincula la oficina de control.
En el espacio resultante entre este volumen y la primera manzana de nichos, se crean dos fisuras; al oeste, se constituye un acceso semicubierto a los servicios higiénicos, al este, se plantea el acceso a la oficina, el almacén y la sala de instalaciones.
Los edificios de nichos se ordenan constituyendo nueve manzanas vaciadas alternativamente en su centro y en sus bordes creando espacios interiores que se engarzan entre sí creando recorridos protegidos e íntimos en los que se suceden los árboles, las texturas, los espacios para sentarse y pasear.
Al igual que los antiguos poblados tunecinos, donde las edificaciones se vuelcan hacia espacios interiores creando una sucesión de patios, el proyecto de cementerio se estructura con "manzanas" de nichos volcadas siempre hacia espacios íntimos, relajados. Estos espacios reducidos nos invitan a la meditación y el reposo. El cementerio deja de ser ese espacio de ida y vuelta y se convierte en una sucesión de patios y recovecos que apetece descubrir. Estas "manzanas" de nichos nos ayudan a crear una serie de plataformas a distinta cota que se van amoldando al perfil original del terreno.
En la zona de máxima pendiente del terreno se propone un bosque de pinos del lugar que salva la diferencia de cotas entre las distint
as plataformas.
El techo de la ordenación es una lámina vegetal constituida por plantas trepadoras que tamizan la luz del sol creando una atmósfera de paz y sosiego. Desde este interior se crean vacios en sus contornos, que vinculan gradualmente estos espacios interiores con los ejes principales. Las cubiertas almacenan agua de lluvia para el riego de la vegetación.
Las bandejas que alojan dichas manzanas, se van adaptando a las diferentes cotas del terreno.