La Casa RG se construye para resolver la vida de una familia numerosa. Las preguntas y necesidades surgen desde la forma en la que una comunidad tan prolífera debe de habitar y convivir en un lugar aún por definir. Se impone la necesidad de idear un espacio común -reconocible y especial- diferente y complementario al resto de unidades modulares (dormitorios, aseos, cocina) que completan el programa.
El motivo principal que desencadena cualquier propuesta de arquitectura es la existencia de un cliente. Sus preguntas y necesidades implicarán ideas que reverberarán en cada espacio y en el edificio construido.
La Casa RG se construye para resolver la vida de una familia numerosa. Las preguntas y necesidades surgen desde la forma en la que una comunidad tan prolífera debe de habitar y convivir en un lugar aún por definir. Se impone la necesidad de idear un espacio común -reconocible y especial- diferente y complementario al resto de unidades modulares (dormitorios, aseos, cocina) que completan el programa.
El espacio común (estar, comedor, salón) se sitúa en el centro, flanqueado por un perímetro ajardinado. El resto de la edificación colmata el fondo de la parcela albergando los usos funcionales de la vivienda. La racionalidad y modulación de las piezas de dormitorios contrastan con el espacio central: un lugar especial cuya dimensión fusiona el espacio exterior con el interior y cuya altura se diluye, mediante la sombra, con la luz difusa de norte.
El carácter introvertido de la vivienda, debido a su ubicación junto a un polígono industrial, sugiere los volúmenes limpios que emergen del perímetro tapiado. La voluntad de no tener huecos, haciéndolos desaparecer, potencia la fusión del espacio común con el espacio abierto de jardín y piscina.