El encargo de un club de padel, reflexiona sobre cuestiones acerca de cómo situarnos frente a un nuevo espacio social, vinculado a una asociación deportiva cuyo actividad base hereda ciertas connotaciones elitistas –disueltas hoy en día-, y que demanda a toda costa la creación de una seña de identidad, una imagen de marca que lo diferencie con un costo muy bajo. (low cost Padel club)
El encargo de un club de padel, reflexiona sobre cuestiones acerca de cómo situarnos frente a un nuevo espacio social, vinculado a una asociación deportiva cuyo actividad base hereda ciertas connotaciones elitistas –disueltas hoy en día-, y que demanda a toda costa la creación de una seña de identidad, una imagen de marca que lo diferencie con un costo muy bajo. (low cost Padel club)
Necesidad que se solapa con la inquietud de conseguir minimizar la sensación de elementos dispersos e incoherentes que suelen caracterizar estos recintos; vallados, aseos, club social, pistas, jardines, mobiliario… que aparecen como elementos yuxtapuestos sin una identidad global. En este sentido, tomó especial relevancia, la necesidad de mitigar el carácter objetual de la pista; su estandarización la ha determinado como un elemento de poca cabida a la particularización, de excesiva rigidez, lo que las hace fácilmente descartable como elementos capaces de identificar de manera significativa al club. Los paramentos de cristal, la convierten en un objeto introvertido lo que sumado a su modulación y necesidades de orientación enfatiza dicha rigidez.
Como única estrategia capaz de articular los intereses expuestos, conciliados con el paisaje de su emplazamiento, el proyecto plantea la cubrición de 6750m3, con malla de sombreo de pvc a modo de toldo. Las pistas de Padel desaparecen, pasan de ser espacios introvertidos a convertirse en patios, en los pozos de luz que la canalizan hacia este recinto, dónde queda coloreada en una atmósfera rosada, favorable para la estancia semi-exterior. La cubrición se realiza con malla reciclable usada en la industria agraria de los alrededores; en un ámbito de agricultura intensiva combinado con otros fragmentos de paisaje caracterizado por la escasa vegetación y la excesiva luminosidad –favorecida por esta ausencia de masa arbórea, y por las connotaciones de sur de un microclima tropical-.
Una operación sencilla que aprovecha la estructura de las pistas de padel y de los pabellones del club social y aseos, como anclaje, dando lugar a un recinto de encuentro social cuya imagen se identificará con una masa de 6750m3 de aire rojo maculado.
La atmósfera enrojecida favorece el crecimiento de la vegetación, incentivando la creación de un jardín espontáneo y aumenta al deportista la secreción de endorfinas que estimulan la sensación de bienestar. Un microclima templado, adecuado, dónde jugar, pasear, mirar a quienes juegan, dónde aniden los pájaros…
Se combinarán diferentes tipos de malla, de mayor o menor grado de opacidad, para favorecer la circulación del aire y crear gradientes de sombreo. Esta decisión, refuerza el sentido efímero dado a los pabellones, ya que quedan refugiados bajo este cielo rojo, con claras referencias a recintos de carácter agrícola.