Nuestro primer encargo como arquitectos vino de la familia. Tras la primera reunión y los primeros tanteos despreocupados y muy próximos a las experiencias de escuela, nos encontramos con que se nos plantea una realidad que no esperábamos:

El proyecto tiene que ser rentable y simétrico (los promotores son dos hermanos y el edificio debía estar equilibrado en todos sus espacios).

Así recomenzamos el proyecto y trabajamos desde el máximo aprovechamiento espacial pero con la premisa fundamental de generar unas viviendas con el máximo de calidad ambiental. Nos preocupaba la percepción de las zonas comunes por lo que conseguimos una buena iluminación y ventilación natural alrededor de uno de los patios interiores pero garantizando al mismo tiempo la privacidad de las viviendas que se abastecían de esta columna de iluminación natural y ventilación.

Además de las premisas de los promotores, nuestros objetivos estaban claros: luz, ambientes agradables, equidad entre las viviendas, variedad espacial, sensualidad de los materiales, ausencia de arquitectura. Trabajamos para conseguirlos con la orientación norte-sur, la misma que el eje de simetría, para generar terrazas orientadas al sur que permitan obtener las mejores condiciones de iluminación natural, protegiendo la fachada norte para minimizar las pérdidas energéticas. En el trabajo con el interior, buscamos el máximo disfrute de las condiciones lumínicas y de ventilación a través de los patios sin que se pierdan las necesarias garantías de privacidad entre viviendas, cuidando la posición, la altura y la relación entre todas las ventanas.

Para garantizar similares condiciones en las viviendas en su relación con la calle situamos pequeños balcones sólo en las viviendas más alejadas de la plaza en la que se celebran las fiestas populares y que permitirán que todos los usuarios puedan asomarse a la calle y disfrutar de las vistas sin obstaculizarse unos a otros y generando una pequeña ruptura de la simetría en la fachada que nos permitía recuperar la identidad de conjunto que siempre había tenido el edificio. Cuatro viviendas en una sola casa.