El turismo rural y de interior surge como necesidad de una sociedad en búsqueda de espacios de reposo donde desconectar del trabajo, la actividad diaria y el estrés. El visitante busca en las hospederías un lugar tranquilo que invite al descanso, a la introspección y a la abstracción. Las hospederías deben ser lugares en contacto directo con la naturaleza, espacios de relación humana. Este lugar se corresponde exactamente con la definición del concepto del Locus Amoenus.
Locus amoenus, del latín “lugar placentero” es un término utilizado en literatura y referido a un lugar idealizado, un paraíso natural. El locus amoenus tiene connotaciones de Edén. Un locus amoenus es usualmente un terreno bello, tranquilo, soleado, confortable, de bosque abierto y cielo claro.
En el Decamerón de Boccaccio, el jardín en el que los diez narradores cuentan sus historias es un locus amoenus. En las obras de Shakespeare, el locus amoenus es el espacio que se encuentra fuera de los límites de la ciudad. Es allí donde las pasiones eróticas pueden ser libremente exploradas, fuera de la civilización y de esta manera, ocultos del orden social que tiende a suprimir y regular el comportamiento sexual. Es misterioso y oscuro, un lugar femenino, opuesto a la rígida estructura civil masculina.
Lejos del orden preestablecido, lejos de las presuposiciones y lejos de cualquier rígida estructura edificatoria, nuestra propuesta plantea la construcción de un paisaje. No construimos un edificio, construimos un lugar.