El campus Miguel Delibes está situado al norte de Valladolid, en una zona de transición entre la ciudad y el territorio rural. Proponemos un edificio para lanzadera universitaria de centros de investigación aplicada capaz de situarse en esta situación de límite, mostrarse rotundo, de volumetría sencilla y cambiante según sea visto desde la Ronda del Norte, el paseo Juan Carlos I, o en una aproximación desde el campus.

Se ha buscado la posibilidad de funcionamiento autónomo de cada una de las partes que integran el edificio, pero sin perder la idea de conjunto con un funcionamiento que no genere interferencias entre las distintas partes.

La permeabilidad es otra característica buscada, esto se consigue a través del uso de patios que conectan visualmente las distintas partes del edificio y de la propia volumetría del mismo. Con este sistema de patios se ventilan e iluminan todos los espacios de uso, incluido el sótano.

La vegetación y el arbolado se integran en los patios, sirviendo tanto como protección solar, como para crear un ambiente agradable y más cercano a la naturaleza.

Entendemos que en un proyecto de estas características es necesario utilizar un sistema modular como patrón que haga que los costes de ejecución se reduzcan considerablemente y que la flexibilidad del conjunto sea real. Flexibilidad entendida a corto plazo, pero también a largo plazo admitiendo usos distintos del actual.

Desde el paseo central del Campus se accede a través de un espacio previo cubierto a las zonas comunes que servirán a las diversas partes. El salón de actos se abre al hall, se comunica visualmente con las aulas modulares de planta baja y con el exterior.

En la planta sótano se sitúa la sala polivalente, el resto de aulas modulares y las zonas de reunión, vinculadas siempre a patios. La calle que cruza y sirve de acceso rodado al Campus separa las zonas comunes del espacio reservado a instalaciones y aparcamientos.

De forma tangencial a un patio que recorre la parcela en sentido longitudinal se accede a los tres centros en planta baja y a los módulos de trabajo asociados en el volumen superior. Este volumen de tres alturas vuela por encima de la rasgadura longitudinal y de los accesos a los centros directamente desde el exterior.

En otro volumen de dos alturas y desplazado del que contiene los módulos de trabajo asociados, se disponen los espacios menos fragmentados de los tres centros que integran el edificio.

El edificio se moldea en hormigón, material utilizado de forma rotunda, clara y con carácter estructural. En planta baja una piel de perfiles metálicos sirve como protección solar, estructura y filtro visual.

En contraposición al carácter masivo del hormigón de los volúmenes superiores se emplea en los laterales acristalados malla metálica tensada, creando una piel tersa, ligera y que protege el interior del asoleamiento.

El volumen de módulos de trabajo asociados puede compartimentarse con un sistema de particiones móviles, ya que la naturaleza de cambio no muy dilatado en el tiempo de estos espacios hace necesaria la posibilidad de variaciones de forma casi inmediata.