Por un accidente fortuito, una mezcla -a posteriori analizada- de mortero de cal y granza de polietileno virgen se utiliza para un tendido superficial. La entidad de lo conformado por la gruesa capa se eleva al rango de material comercializado al ajustar las proporciones y las materias primas. Ha nacido un nuevo material para múltiples aplicaciones
La gruesa masa blanca del mortero de cal se había ensuciado con unos sacos de polietileno reciclado. La mezcla, a punto de ser desechada, es rescatada por un arquitecto recalcitrante que insiste en usarla para el tendido superficial.
A los dos años el revoco sigue impertérrito ante el paso de la meteorología. Tras cientos de pruebas de proporciones y aditivos para mejorar la trabazón entre el plástico –polietileno- y la base del revoco –arena lavada y cal con cemento- una industria acaba por comercializar el POLICO, con las ventajas conjuntas del aislante y la resistencia a la compresión del hormigón calcáreo. Con una conductividad de 0,29 W/m2.K y una resistencia a compresión mayor de 200 kg/cm2, se comienzan las pruebas para encofrar un material pétreo y traslúcido.
La consistencia histórica de Hegel valora cada elemento como representativo de la época que lo produce. El arquitecto, librado de la venda productiva de una industria dirigida al mercado de lo común, sólo puede convencer con cifras y datos. Un nuevo material de construcción:
1. cómodo y humano (el peso específico es de 1180 Kg/m3, menos de la mitad del hormigón armado)
2. resistente y múltiple , puede trabajar a compresión como tendido superficial
3. ecológico –se están realizando pruebas para incorporar polietileno también de los reciclados domésticos-
4. solidario –se puede conformar en cualquier país en vías de desarrollo para arquitecturas de urgencia-
5. contemporáneo –la imagen final ofrecida es de piedra traslúcida, con una textura homogénea y liviana en la repetición matricial de los minúsculos corpúsculos de la granza del polietileno…