La relación con el paisaje se establece a través de tres posiciones diferenciadas. Tres objetos, escalera, balcón y pasarela potencian una forma específica de mirar…
En una ladera de fuerte pendiente sobra el túnel del tren a su paso por la ciudad de Loja encontramos dos plataformas artificiales ya construidas, pero en mal estado con un gran macizo rocoso entre ellas. Un muro de contención mantiene esta posición privilegiada sobre el barrio que se despliega bajo este lugar. Desde este lugar la ciudad de Loja se extiende ante nosotros.
El proyecto resuelve la adecuación de este espacio para un uso lúdico interpretando el potencial de diferentes maneras de posicionarse ante el paisaje. Así se definen tres elementos a través de los cuales mirar.
El primero de ellos es una plataforma de madera que arrancando de la plataformas de cota más alta avanza por encima de la roca pareciendo flotar sobre la plataforma inferior. Se dibuja así una posición ingrávida, se está en el paisaje mismo. Se está en el aire.
El segundo de ellos es la escalera metálica que vincula ambos niveles se convierte en marco que enfoca un aspecto puntual de la ciudad, la catedral y la alcazaba.
El tercero es un balcón de hormigón que se pliega formando una marquesina de redibuja y subraya una visión horizontal que oculta el cielo dejando solo ver la ciudad ante nuestros ojos
Junto con estos elementos, cuyas orientaciones los vinculan al resto de miradores de la ciudad, se posicionan una serie de bancos y umbráculos metálicos que marcan otras posiciones de descanso.