En una sociedad como la actual, poco acostumbrada a satisfacer sus demandas públicas (las más nobles en este caso) sin que las mismas hayan sido mediadas previamente por un ejercicio de política-ficción, lugares concebidos para y desde la acción como es el caso de VÍAS, en la ciudad de León, suponen un injerto real de vida y una apuesta radical por la implicación de la ciudadanía en la construcción de la ciudad. Más valorable, si cabe, al haber regenerado tejido social y despertado a los agentes a lo largo del proceso a partir de un soporte institucional propositivo, consciente y bien sincronizado con el proyecto. La sensibilidad demostrada en este momento por la administración local, al recoger el eco de una necesidad plasmada durante cerca de dos décadas a través iniciativas particulares que no consiguieron fructificar, devuelve a éstas su sentido y justifica su razón de ser.
La rehabilitacionen del patrimonio ferroviario como nuevo espacio VIAS debe estar acondicionado adecuadamente para conciertos musicales, así como para talleres, aulas de formación, pequeñas exposiciones y muestras. Salas de investigación o conferencias. Además la nueva edificación contará con una pequeña zona de administración, con despacho, unidad de almacén y sala de reuniones. Se debe dotar al espacio de una unidad de servicios públicos, una pequeña tienda-librería, y la posibilidad de insertar nuevos programas que puedan ir surgiendo con el propio funcionamiento de los programas futuros, así como la posibilidad del cambio de uso del propio espacio, o incluso su traslado a otro lugar si fuese necesario. Por tanto la nueva propuesta debe ser funcional y flexible.
Se propone una edificación que se desarrolla como "quinta crujía" conceptual, a partir del espacio intersticial existente entre el cocherón y el muro medianero norte, y que se desarrolla en dirección Este-oeste, en sentido oeste, a lo largo del muro de contención, aprovechándolo como uno de los límites existentes del edificio, y abriéndose a la plaza tanto en sus espacios interiores, por medio de grandes espacios públicos acristalados, como con la inclinación de su cubierta y su acabado vegetal.
Frente a la gran "dureza" de la actuación en la plaza y su urbanización general, se proponen dos bordes verdes que encauzan la vista y la dirigen hacia la fachada oeste del cocherón, una fachada-icono con sus cuatro grandes arcos de acceso y sus cubiertas inclinadas. La separación sur, a base de árboles de medio porte, y la cubierta vegetal norte, enmarcan el principal elemento del conjunto.
Se propone una edificación que se desarrolla como "quinta crujía" conceptual, a partir del espacio intersticial existente entre el cocherón y el muro medianero norte, y que se desarrolla en dirección Este-oeste, en sentido oeste, a lo largo del muro de contención, aprovechándolo como uno de los límites existentes del edificio, y abriéndose a la plaza tanto en sus espacios interiores, por medio de grandes espacios públicos acristalados, como con la inclinación de su cubierta y su acabado vegetal.
Frente a la gran "dureza" de la actuación en la plaza y su urbanización general, se proponen dos bordes verdes que encauzan la vista y la dirigen hacia la fachada oeste del cocherón, una fachada-icono con sus cuatro grandes arcos de acceso y sus cubiertas inclinadas. La separación sur, a base de árboles de medio porte, y la cubierta vegetal norte, enmarcan el principal elemento del conjunto.