El objetivo del programa es reparar y garantizar unas condiciones mínimas de habitabilidad en viviendas de personas con escasos recursos económicos. La contratación del equipo de arquitecto y arquitecto técnico es gestionada por la Consejería que en cada momento ostente las competencias de vivienda, mientras que el coste de la obra se reparte a partes iguales entre el gobierno y los adjudicatarios con el objetivo de que estos se hagan también responsables de las actuaciones o es totalmente asumida por la administración en el programa de infravivienda dadas las condiciones económicas extremas de los beneficiarios del programa.

A título personal, hemos de decir que el trabajo realizado en estos años nos ha permitido desarrollar una enorme consciencia de las necesidades realmente básicas de las personas y nos ha obligado a desarrollar una profunda sensibilidad como arquitectos en cuanto a los procesos de construcción, el control del presupuesto, lo realmente necesario y lo accesorio y la adecuación a una realidad que muchas veces se nos antoja ajena.

Cuando sólo existe una gran necesidad y una enorme falta de recursos la arquitectura sólo puede ejercerse responsablemente.

Dicho de esta forma, la idea parece una perogrullada, pero consideramos que la vinculación física e incluso anímica a los proyectos y a las personas a los que estos programas nos llevan como técnicos supone una etapa en el desarrollo profesional que debería ser incluso obligatoria en toda carrera académica y profesional.