Dos son las localizaciones de trabajo: el barrio Primero de Mayo –en el mu- nicipio de Soledad- y en el barrio Alto del Cupino –en el municipio de Puerto Colombia-en ellas el laboratorio identifica y cartografía este sistema de orde- namiento urbano basado en la autogestión de las relaciones sociales en la calle para construir acciones colectivas, con el enfoque de la sombra como dinamiza- dor.
Dos son las estrategias de activación en la sombra: una de ellas integra la actividad a su estructura como clave de la apropiación y activación, la otra lo hace a través de un elemento plástico, simbólico e identitario que les permita reconocerse a sí mismo y ante el resto del territorio.
En el Barrio Primero de mayo, situado en el límite administrativo entre Barran- quilla y Soledad, encontramos un contexto físico territorial hostil marcado por la cercanía de límites-frontera tanto físicos como sociales (río, zonas industri- ales, límites entre barrios, etc.). Sin embargo el contexto socio territorial esta cargado de mecanismos de autogestión comunitaria muy centralizados en la plaza-cancha del barrio.
Allí, en cada una de las sombras de los árboles existentes se desarrollan re- uniones, espacios de encuentro, de juego y deportivos. Es precisamente en la autogestión deportiva de una de estas sombras donde encontramos la base de la acción de intervención: un grupo de jóvenes venía trabajando en su gimnasio de barras de ejercicios que ellos mismos habían diseñado y construido, por lo que se convertía en una base social y de uso para la intervención. La propuesta por tanto pretende conectar sombras y usos deportivos: desde el gimnasio hasta la cancha a través de una sombra longuitudinal que incorpora la actividad camuflada en su estructura (o la estructura camuflada en su actividad, mejor) a través de un juego de barras paralelas.
El diseño además dejaba ambigüedad en la forma de ejecutar la sombra, la decisión de hacerse en palma fue tomada durante el proceso de construcción con los jóvenes del barrio en función de sus prioridades y de sus posiblidades de autogestión con los otros vecinos.
Puerto Colombia es otro tema. Se trata de un municipio de costa situado a
menos de 20 kilómetros de Baranquilla. Se percibe una fuerte tendencia a la gentrificación: grandes casonas rodeadas de muros afloran en ciertas zonas del pueblo y varios colectivos de artistas llevan algún tiempo instalándose en la zona. Alto de Cupino es un barrio de origen informal en una loma de Puerto Colombia.
Cuando recorremos el barrio llegamos hasta una cancha deportiva situada en la parte superior a la que llaman la Paz, porque dicen que cuando los adver- sarios de otros barrios llegan, están tan agotados por la subida que el equipo local tiene todas las de ganar. Desde allí se controla todo el territorio, el mar, el muelle, el malecon... se ve todo, pero nadie parece mirar hacia ellos.
El espacio está rodeado de vegetación y llama la atención las bellas hojas caidas de los árboles cuya estructura queda dibujada por la cuchuna. La cancha se mantiene gracias a la colaboración comunitaria, muy centrada en un colectivo de artistas radicado hace mas de 10 años en la zona y los jóvenes
y entrenador del equipo del barrio. Algunas acciones de autogestión, como la iniciativa de consolidar una graderío en el costado sur, nos daban pistas sobre la intervención. La propuesta intenta consolidar una sombra en el espacio que comenzó a gestionarse como graderío, compatibilizando este uso con el de escenario, por la situación elevada que tiene con respecto al resto de la cancha. La forma de
la intervención se refiere a las hojas de la cuchuna, como estrategia identitaria para la propia cancha y con respecto al resto del municipio, que se complemen- ta con un recorrido desarrollado en stencil que marca el camino desde la Plaza Central del pueblo.