La nueva pasarela se proyecta en el mismo lugar que una pre-existente arrasada por una riada en el año 2000. El proyecto sigue los siguientes planteamientos;
1-No utilizar apoyos intermedios en el cauce del río, con lo que debe salvarse una luz de unos 55 metros.
Los apoyos no serán ni permanentes, ni temporales durante la obra con lo cual se opta por un sistema de montaje que no afecte al curso del río.
2- La pasarela atirantada responde a la solución estructural que supone un menor impacto visual en el paisaje, y que permite actuar sin una tala indiscriminada de árboles, a base de módulos prefabricados para ensamblar en obra.
3-Acceso adaptado a minusválidos, con un tablero de unos dos metros de ancho y unas rampas de menos de un 8% de pendiente, encajadas en el terreno.
4-Cumplimiento escrupuloso con las normativas de seguridad estructural.
5-Uso de materiales que supongan un mantenimiento reducido para una infraestructura de este tipo al tiempo que aseguren calidades ambientales.
La solución a todas estas premisas se traducen en una pasarela constituida a base de un tablero de chapa de acero con un canto estricto para reducir la presencia de la estructura. Para alcanzar la luz necesaria se complementa con un sistema de atirantamiento, disponiendo unos cordones, los cuales se anclan a unos mástiles que quedan a su vez ocultos entre la vegetación de la ribera. Los vanos laterales de compensación permiten recuperar los senderos adyacentes al río que unen los distintos puestos de pesca, sin verse interrumpidos como en la actualidad por la cimentación de los mástiles.
La cota del tablero se eleva hasta los cuatro metros sobre el camino en su acceso coruñés (cota + 44.00 m), encajando una rampa de acceso en trinchera en la propia topografía, de igual modo incluso de forma más natural se adapta el acceso en la margen opuesta.