Cambio de las condiciones de partida
El proyecto definitivo de la Casa de Los Vientos surge en 2012 tras desestimar un proyecto realizado anteriormente en 2009. Tal cambio de idea se debió a la entrada de la crisis económica que afectó negativamente a los promotores. Con el nuevo proyecto era necesario reducir el precio de la obra de 470.000 € (1640 €/m2) a 160.000 € (650 €/m2) y disminuir la superficie construida manteniendo el programa de necesidades básico de una vivienda de vacaciones para una familia de cuatro miembros de tres generaciones distintas (abuela y novio, hijo mayor y novia, hijo adolescente y nieta adolescente) con igualdad de poder de decisión en el resultado.
Como arquitecto, se me planteaba un interesante reto: hacer un nuevo proyecto para conseguir una vivienda igual de digna que la anterior para la misma familia, en el mismo lugar y partiendo de un presupuesto tres veces menor al acordado en el proyecto inicial.
Rehacer el metodo de trabajo
El nuevo proyecto se plantea como una respuesta al lugar y a los deseos de los usuarios de ocio, comodidad y ajuste económico. Para ello se mantuvieron las siguientes máximas en el proyecto y durante la obra:
a. La forma surge a partir de la orientación, de los vientos predominantes y del disfrute de los espacios exteriores y sus vistas.
b. Aceptamos una honestidad constructiva y sinceridad material.
c. Asumimos la austeridad de medios y encontramos la belleza en lo económico.
Vivienda necesaria interior y máxima habitabilidad exterior
La vivienda se desarrolla en tres plantas. En planta baja se sitúan los dormitorios, separados en dos volúmenes, uno principal y otro bajo piscina, ambos en una posición semienterrada sobre losa de hormigón que se adapta a tres niveles topográficos. Los cerramientos son de muros portantes de termoarcilla, visto por fuera y blancos, en su mayoría, por dentro. El acceso se produce a través de un porche protegido de los vientos. Desde este se sube a la terraza de planta primera a través de una escalera exterior cubierta.
La planta primera está definida por una plataforma exterior orientada a SE, es la Terraza de Levante. Está estratégicamente protegida del viento NW (Poniente), que es el más frío, fuerte y predominante en la zona geográfica. Esta plataforma de hormigón es el soporte de la continuidad espacial entre el salón-cocina del interior, el porche abocinado, la terraza y la piscina. Todas ellas completadas por las visuales hacia el sol de levante, el mar y las playas de Sotogrande. A su vez este espacio está dotado de dos importantes elementos que favorecen su comodidad: dos bancos-graderío de hormigón blanco pulido y dos pérgolas de varillas de mimbre sobre estructura metálica. Una de estas es vertical para reforzar la protección del viento del norte y a su vez conseguir mayor intimidad visual respecto al vecindario. En esta plataforma ocurre la mayor parte de la vida de la Casa de Los Vientos.
El volumen edificado de esta planta contiene el salón, la cocina y la escalera interior de acceso a dormitorios. Su geometría surge de la relación directa con la lógica de los vientos predominantes y su relación con los espacios vivideros exteriores y las visuales.
A través de la grada de la Terraza de Levante se accede por una escalera en recodo a una segunda terraza en planta de cubiertas. Esta es la Terraza de Poniente, ya que debido a la geometría de los muros y cubierta se consigue protección los días en los que sopla el viento desde Levante, también fuertes, más cálidos aunque menos predominantes. En este espacio se disfrutan de las vistas hacia poniente, el peñón de Gibraltar, Marruecos y el espectáculo marítimo del Estrecho.
Honestidad constructiva
La estructura del edificio se desarrolla a partir de muros de carga de termoarcilla y hormigón armado, ambos vistos en planta baja y reforzada en puntos centrales por pilares de hormigón. El volumen de planta primera es de estructura de hormigón armado en pilares y losa de cubiertas y sus cerramientos, también de termoracilla, más expuestos a los vientos, se revisten de revoco de mortero impermeable de color blanco. Debido a la buena climatología del lugar se puede utilizar termoarcilla de 29cm de espesor como cerramiento sin refuerzo de aislamiento añadido.
Tanto en interior como en exterior se ha mantenido una clara honestidad en la elección de las soluciones constructivas. La estructura aparece sincera creando un interesante contraste con el yeso pintado de la tabiquería. Con ese contacto, voluntariamente enfatizado, se crea un dialogo de materiales que enseñará hasta el final el proceso constructivo.
Economizar creando
Debido a las fuertes limitaciones presupuestarias, tanto en el proyecto como en obra asumí un riguroso ejercicio de gestión y seguimiento económico del proceso constructivo que integré desde el principio en el proceso creativo de la intervención.
Viendo el resultado, corroborando su eficiencia económica funcional y la satisfacción del cliente, puedo decir que mereció la pena cambiar de rumbo en el proceso... y que cambiára de viento.