En un piso de cuarenta y cinco metros ubicado en la tercera planta de un edificio emplazado en el barrio de Pobla Sec, se planteó la necesidad de actualizar un programa de vivienda que fuera más acorde con las necesidades de alquiler actuales.
Con la idea de propagar la escasa luz que recibía el interior y con la voluntad de dignificar y reforzar algunos elementos del antiguo espacio habitado, tanto fueron derribados todos los tabiques que en posición transversal se mostraban contrarios al paso de la luz, como fue propuesto un nuevo suelo de madera de roble, fijado sobre unas planchas de DM y unos rastreles de pino atornillados sobre las vigas del forjado existente, para que éste, enfrentado al techo de vueltas de rasilla cerámica y vigas de madera que se había recuperado, fuera capaz de inaugurar una especie de contenedor horizontal, en el que posteriormente pudiera aparecer una posible distribución en el espacio.
Claramente en blanco, alrededor de los tres únicos tabiques que fueron conservados del antiguo piso, se dispuso en longitudinal, el nuevo programa de la vivienda. El primer tabique, que separaba la habitación de la sala, se dobló para reforzar y evitar posibles pandeos en la zona central del piso. El segundo, que separaba el comedor de la cocina, se perforó mediante ligeros apuntalamientos de acero, superponiendo transversalmente un conjunto de programas cercanos. El tercero, que separaba finalmente la cocina del baño, reduciendo su altura, permitió una amable y muy útil doble circulación en el piso distinguiendo las zonas públicas de las privadas.
Los ladrillos vistos de las paredes medianeras, se hicieron reaparecer, para cerrar y delimitar verticalmente el contenido que se quería mostrar; unas veces enfatizando algunas posibles lecturas de programas superpuestos, otras veces contribuyendo a dar mayor profundidad a alguna las estancias más estrechas del piso. Los hidráulicos hallados en el apartamento también se reubicaron para señalar las nuevas zonas de agua tales como la de la cocina, el comedor o el baño. Así mismo, las "viejas" puertas de madera tanto fueron reconstruidas con algunos retales encontrados como reubicadas para generar nuevas formas de abrir y cerrar espacios.