El encargo consiste en el cambio de uso y segregación de una antigua guardería ubicada en el principal de un edificio del Eixample de principios del siglo XX. Se plantea una vivienda de 45 m2 orientada al sur y con vistas al mercado de Sant Antoni y una vivienda de 60 m2 con una terraza de 40 m2 en el patio interior de manzana.
Desconocemos quién habitará estas dos nuevas viviendas de la calle Tamarit, con lo que el programa doméstico se deja totalmente abierto. Esta incertidumbre es precisamente el objectivo del proyecto: ofrecer un espacio libre, polivalente, que pueda ser interpretado de manera alternativa en función de las necesidades de los futuros habitantes.
La primera operación consiste en vaciar y rehabilitar el espacio contenedor existente, que se encontraba en un precario estado. Se recuperan los techos, las medianeras y las carpinterías existentes. Posteriormente se introduce una pieza de servicios formada por una estructura ligera de madera de pino, plafones de madera de abedul y un sobre de DM, colocada en paralelo a las fachadas principales. Esta pieza se entiende como un mueble que garantiza las funciones domésticas básicas como cocinar, lavarse, almacenar y dormir. La altura existente de 3,60 m ofrece un volumen útil optimizado en dos niveles: la cocina tiene una altura de 2,50 m, mientras que el baño y vestidor tienen una altura libre interior de 2,20 m, lo que permite aprovechar la altura restante como dormitorio o almacenamiento.