El edificio de 40 viviendas de promoción privada se ubica en un solar en la periferia de Los Santos de Maimona, en un área industrial absorbida por la trama urbana en la última década, sirviendo como crecimiento residencial. Las piezas edificatorias se giran sobre sí mismas con la voluntad de volcarse hacia el espacio interior, proponiendo unas viviendas ligadas al espacio público. El patio interior se convierte en un espacio de transición entre la calle, como lo público y la vivienda, como lo privado. Proponemos así la construcción de galerías cubiertas en planta primera, prolongaciones de la propia calle, o al contrario, de la propia vivienda y que incentiva la relación vecinal.
El resultado es un paseo urbano que comienza en la calle, que entraría hacia el interior de la manzana, desde donde se divisa la Sierra de San Cristóbal y continuaría el paseo urbano hasta la puerta de cada vivienda: Mientras nos acercamos al edificio, paseamos por la calle Guadiana, pasamos bajo el edifico. Entrar en el vestíbulo y saludar a algunos vecinos, ver sin detenernos el patio interior y subir pronto las escaleras. Cuando caminamos por la galería cubierta, no dejamos de contemplar el patio interior, ahora son las copas de los árboles y al fondo la Sierra. Al otro lado vas dejando las viviendas de los vecinos, que tímidamente asoman por las ventanas para saludarnos. Llegas a casa, pero en vez quedarte dentro decides coger una silla y sentarte en la galería para seguir viendo como los niños juegan con la pelota en el jardín.