El booom del verano es una instalación lúdica tecnológica que combina la construcción popular de la hoguera como monumento urbano efímero ejecutada con sus técnicas constructivas más tradicionales y la introducción de las nuevas tecnologías para ofrecer una experiencia expandida de la ciudad a través del uso de la realidad aumentada y los teléfonos móviles. En una ciudad como Alicante, dedicada en gran parte a al turismo y a la oferta de ocio, donde las instalaciones lúdicas se han sucedido sin considerarse su valor patrimonial, la instalación, acompañada de una aplicación móvil reconstruye fragmentos de cines, balnearios y salas de fiestas para que vuelvan a ser disfrutadas.
Los booms del verano
El booom del verano presenta una colección de éxitos del verano pasados recreando una selección de infraestructuras ligadas a la diversión y el disfrute que se dieron en la ciudad en algún momento entre 1917 y 2017, y que un día desaparecieron sin dejar rastro. No obstante, la instalación no busca la nostalgia, sino una diversión interactiva y contemporánea.
Tablas y bambalinas
A través de cinco lienzos, la instalación se sitúa al lado del Teatro Principal de Alicante y toma la forma de las bambalinas de un teatro. Cada panel recopila por temas una antología de las construcciones urbanas que han animado los veranos. Los paneles forman por compilación el skyline condensado de una ciudad, entre la realidad y la ficción. Con esa vocación, la hoguera no es una escultura para observar de lejos, sino un espacio para recorrer y con el que interactuar. Más que un "monumento" (término con el que se identifican las construcciones de las fogueres), es una atracción y no tiene los típicos ninots que las habitan, ya que éstos son los visitantes que la recorren.
Una atracción tecnológica aumentada
La hoguera se diseña junto con una aplicación móvil que permite distintas interacciones. De este modo, nuestro boom del verano tiene dos partes, el monumento que se construye y el que se descubre a través de la pantalla del móvil. Las dos experiencias son complementarias.
1-La hoguera funciona como soporte de una realidad tecnológica paralela, y sirve como photocall. Una vez los ninots-visitantes descubren los éxitos del verano pasado, pueden fotografiarse integrados en escenarios de naturalezas muy distintas (balnearios, parques acuáticos, cines desaparecidos, salas de baile...) y llevarse consigo un souvenir virtual de los lugares desaparecidos. La hoguera desparece pero la huella tecnológica perdura en la retina de los smartphones.
2- La aplicación móvil permite que el usuario "plante" (ubique en la terminología popular) su hoguera de forma virtual en el lugar deseado y la fotografíe con el móvil.
La tradición popular y el recuerdo del patrimonio desaparecido se hacen exportables en las redes sociales.
Booom City, como monumento virtual ha sido plantado en numerosas ciudades de Europa y América.
Teatro ecologizante
Se trata por último de una hoguera ecológica y ecologizante: hecha en su totalidad de paneles de madera, evita la combustión tóxica del poliestireno expandido que se ha implantado como material predominante en estas construcciones hoy. La hoguera reivindica así la necesidad de buscar un compromiso entre ocio y ozono, y se hace evidente en su fisionomía que no oculta su sistema constructivo.