El proyecto se compone de la transformación de una nave preexistente abandonada en edificio de oficinas (Nave B2), y la construcción de una nueva nave industrial diáfana adosada a la anterior que se utilizará como taller mecánico y zona de exposición productos (Nave B3). La reubicación de las oficinas en el centro del clúster y la construcción del nuevo taller ha permitido multiplicar la conectividad interna del conjunto y mejorar la calidad de vida laboral de sus trabajadores, aumentando la superficie útil en 938m², definiendo un total de 2.610m².
Urbanísticamente la recuperación de la nave preexistente y la construcción del nuevo taller industrial interrelacionan el conjunto con el entorno, compuesto fundamentalmente por viviendas unifamiliares entre medianeras de PB+2 con cubierta a dos aguas dispuestas rítmicamente cada 5m. El proyecto configura el nuevo frente urbano del clúster con la definición de un nuevo perímetro de fachada en esquina orientado al sur y al este que responde a las necesidades y características de su espacio interior y, simultáneamente, a su inserción y adaptación al paisaje urbano.
Dos estrategias, un sólo proyecto
El proyecto se concibe pues como una doble intervención de características muy distintas.
La transformación de la nave antigua se materializa a través de distintas acciones puntuales que dialogan con las preexistencias como la formalización de un nuevo doble espacio, la apertura de nuevas ventanas y de nuevos lucernarios que mejoran las condiciones lumínicas y espaciales de la nave, y la construcción de algunas estructuras ligeras de madera para definir los despachos privados y el mobiliario. Vaciar, recortar e insertar intentando conservar la esencia de la construcción original.
Por otro lado, el nuevo taller se concibe como una nave diáfana de 625m² de nueva construcción que se adapta a los límites de su parcela trapezoidal mediante una estructura ligera triangulada de celosías y vigas de acero soportada por pilares perimetrales. El entramado estructural que sostiene la cubierta integra una serie de lucernarios triangulares orientados al norte que permiten iluminar el espacio interior de manera natural. La sensación de ligereza del espacio interior de la nave contrasta con un exterior más rotundo y contextualizado que pretende adaptarse al lugar.
Pese a tratarse de dos piezas muy distintas con carácter propio, una de las claves del proyecto ha sido la búsqueda de la continuidad, el diálogo y la coherencia entre las dos construcciones y su relación con los elementos preexistentes y con el paisaje urbano.
En primer lugar, se ha concebido la estructura principal del nuevo taller siguiendo los ejes principales de la estructura de la nave existente. La conservación de la dirección y el módulo de la estructura de la nave antigua ordena y vincula los dos edificios y a la vez permite resolver de la misma forma el lado oblicuo del trapecio, absorbiendo la deformación geométrica en el tramo estructural de la fachada principal.
Por otro lado, funcionalmente los dos edificios quedan comunicados por el interior en planta baja gracias a la apertura de nuevas conexiones en lugares estratégicos que permiten la circulación de maquinaria y productos entre las distintas naves del conjunto. A la vez, a nivel de planta primera, el nuevo taller incorpora un altillo materializado con madera contralaminada que alberga la nueva sala de reuniones de la empresa. Esta sala, que se contrapone al vaciado del doble espacio de la nave existente desde donde es accesible en planta primera, funde los dos edificios y se manifiesta en la exterior a través de un gran lucernario que ilumina uno de los espacios más representativos del conjunto y pretende vincular volumétricamente las dos edificaciones.
Finalmente, la reinterpretación de las reglas geométricas y compositivas tradicionales del tejido urbano residencial de Benissanet permite integrar y establecer la continuidad urbana necesaria entre el nuevo taller, la nave existente y el entorno. Las dimensiones de las crujías estructurales, el ritmo de las vertientes de la cubierta y del perfil de la fachada lateral, la dimensión, situación, y proporción de los huecos, y el tratamiento textil de los muros de termoarcilla revestidos parcialmente con mortero de cal específicamente texturizado pretenden modular, desfragmentar, e integrar el nuevo volumen de aproximadamente 20x30m de lado en la morfología urbana existente.