En el contexto de euforia económica de principios de los años dos mil, el Teatro-Auditorio de Torredembarra se concibió en el año 2008 como un gran equipamiento situado junto a la estación de tren, a pocos metros de la costa. El edificio planteado contaba con 2.700m² y una sala con capacidad para 500 espectadores. Debido a los conocidos cambios drásticos de las dinámicas económicas durante los años posteriores, la construcción del edificio se paralizó en 2010, y la obra estuvo en estado de abandono durante siete años, periodo en qué fue objeto de robos y vandalismo.
Siete años después, en 2017, el nuevo Ayuntamiento de Torredembarra convoca un concurso para activar parcialmente el edificio. El objetivo del nuevo consistorio es transformar el vestíbulo del Teatro-Auditorio en espacio cultural, una intervención de 635m² de superficie que tiene la voluntad de recuperar casi un 25% del edificio preexistente para poderlo abrir a la ciudadanía.
En el contexto de una realidad económica muy diferente a las circunstancias en que se concibió el Teatro-Auditorio, la propuesta de reforma y transformación tiene como objetivo reactivar el vestíbulo del edificio y se concibe como un pequeño manifiesto. El espíritu de la propuesta, ganadora del concurso, pretende aprovechar al máximo todo aquello preexistente que esté en buen estado, reciclando revestimientos, instalaciones, carpinterías y distribuciones y utilizando sistemas y materiales de bajo coste para minimizar el impacto económico y material de la intervención.
El proyecto se afronta a través de tres estrategias básicas:
En el interior, la eliminación estratégica de una de las dos escaleras gemelas que permiten subir al altillo que daría acceso al primer anfiteatro del Teatro-Auditorio, logra liberar el espacio necesario para habilitar un escenario en planta baja y dar sentido a la actuación y al programa propuesto.
Desde el punto de vista material, un solo gesto radical tiñe todo el espacio interior completamente de negro y unifica paredes, techos y pavimento desdibujando la geometría del vestíbulo. Con esta actuación se favorece la polivalencia del espacio, preparado para acoger tanto actuaciones musicales y teatrales de pequeño formato como exposiciones, talleres etc... Como contrapunto a toda esta veladura negra, aparecen algunos elementos de madera que activan y humanizan el espacio como mostradores, expositores, espacios de almacenaje...
Finalmente, en el exterior, se plantea un nuevo velo que actúa como zócalo del edificio y que representa el nuevo equipamiento. Una nueva fachada ligera y semitransparente materializada con chapa deployé protege el acceso y actúa como filtro entre el teatro y la ciudad, dando una nueva identidad al edificio renovado.
Esta intervención ligera y de bajo impacto económico se entiende como una primera actuación para llegar a habilitar el 75% restante del edificio, a través de varias fases. A medida que pase el tiempo y que el consistorio tenga disponibilidad económica, existe la posibilidad de extender esta intervención al resto del Teatro-Auditorio, de forma que los ciudadanos de Torredembarra puedan disfrutar de su equipamiento en plenas condiciones.