Situado en Balsa de Ves, un pueblo de 131 habitantes de la provincia de Albacete, este parque infantil es un producto de las singulares condiciones que rigen la existencia de los municipios menores en España.
A partir de determinadas propiedades, un municipio adquiere las condiciones de lo menor. Estas propiedades vienen definidas por distintos marcadores estadísticos, administrativos o terminológicos. El diccionario de la Real Academia, por ejemplo, define “pueblo” como “población de menor categoría”, mientras que el Instituto Nacional de Estadística cifra en 10.000 habitantes el listón que señala a los municipios “menores”, de “población dispersa” o “rurales”. La Ley de Administración Local, por su parte, establece que, por debajo de 1.000 habitantes, los representantes municipales pueden decidir ejercer su labor de forma parcial y no remunerada. El municipio pierde definición con su pérdida de tamaño pero gana en decisión, algo que deriva en el tensionado de los límites y protocolos que regulan la actividad de los municipios de mayor categoría.
Con 131 habitantes en 2020, Balsa de Ves es un municipio de la provincia de Albacete que opera según las singulares condiciones de lo menor. Ninguno de los miembros de su corporación percibe remuneración por ejercer una labor política que se desarrolla necesariamente como complemento de otras actividades profesionales. Y, sin embargo, su poder de acción es mucho mayor al que ostentan los representantes de otro tipo de municipios. A través del Contrato Menor, una figura administrativa acorde a su condición, pueden transformar con agilidad la realidad material del pueblo y redefinir su proyecto de futuro. Y ello a pesar de que su futuro se encuentra permanentemente amenazado por la despoblación.
Este parque infantil es un producto de estas condiciones. Ocupa el solar de la antigua escuela unitaria de Balsa de Ves, demolida en 2019 tras dedicarse a otros usos desde su cierre en 1972. Paradójicamente, el parque está dirigido a un sector de la población que no está presente en el censo municipal, pero que constituye veladamente su público prioritario. Por ello, los elementos que lo componen se han diseñado de manera deliberadamente ambigua para servir a otras actividades y segmentos de la población. La superficie de caucho de color amarillo se extiende hasta el perímetro del parque para camuflar y contradecir su asociación habitual con las zonas de juego infantil. Los elementos de juego no dejan muy clara su función. Y los columpios se confunden con los elementos de iluminación en una misma estructura de perfiles tubulares de acero galvanizado. La intervención es en sí menor y, por lo tanto, se presenta indefinida para acoger sin mucho mantenimiento distintas situaciones, densidades y versiones del futuro.