Louis Kahn es, sin duda, conocido por sus grandes obras institucionales. Sin embargo su producción doméstica supone realmente un hallazgo para cualquiera que trata de indagar sobre ellas. Las casas construidas del arquitecto son sólo la punta del iceberg, y ocultas se encuentran el resto de viviendas que Kahn diseñó durante su carrera y que nunca llegaría a construir.
Si tan sólo estudiásemos las obras no construidas de Kahn, podríamos afirmar que constituyen una de las aportaciones más significativas de la arquitectura del siglo XX. Proyectos como la City Tower para Philadelphia de 1952-57, el Convento para las Dominicas en Media de 1965-69, la Sinagoga Hurva en Jerusalén de 1967-74, son obras no construidas de valor arquitectónico innegable.
Los proyectos no construidos del arquitecto son conocidos, sin embargo, esto no ocurre así en cuanto a su obra doméstica no construida, que en muchos casos resulta totalmente desconocida dentro de la producción de Kahn.
Esto resulta sorprendente, ya que como trata de mostrar esta tesis, la casa era el refugio proyectual del arquitecto, y sus viviendas no construidas solían ser ejercicios de experimentación para obras mayores.
Por este motivo Kahn nunca abandonó el diseño de casas, y a pesar de los encargos de los grandes proyectos institucionales siguió dedicándose a la vivienda, hasta tal punto de que su última obra construida en vida sería una casa, la vivienda de 1973 que diseña para los Korman en Fort Washington.
Louis Kahn diseñó más de cuarenta viviendas. De estas tan sólo construyó doce, nueve de ellas eran viviendas unifamiliares. Kahn perdió en el camino muchos encargos de casas que nunca llegaron a construirse; todas las que se muestran en esta tesis.
Pero, como en cualquier desarrollo de proyecto, el diseño era un proceso aproximativo del que surgían multitud de versiones e ideas. Pero en el caso de Kahn, y en particular de sus casas no construidas, la situación se agravaba hasta llegar al punto de diseñar varias casas para cada casa. Y así, los planos prácticamente terminados de una casa, de repente eran desechados, y las viviendas se repensaban de nuevo desde el principio.
De modo que no se trata tan sólo de que Kahn no construyese veintiuna casas, sino que de cada casa construida o sin construir, existen multitud versiones que en un momento determinado se desecharon por motivos económicos, de desavenencias o de plazos, y que se han recogido en esta tesis.
No se trataba de conseguir un catálogo de versiones, sino de comprender y establecer relaciones entre sus edificios construidos y los que no lo están, y de rellenar las lagunas en la obra del arquitecto, que suponen una relectura esencial de la misma.
Al fin y al cabo, como Kahn afirmaba todo edificio es una casa, incluso la propia ciudad. Y no diseñar casas suponía no comprender cualquier otro tipo de arquitectura. De ahí la relevancia de la comparativa entre sus viviendas y los edificios públicos.
Kahn buscaba lo eterno e intemporal de la arquitectura, un edificio que fuese válido para cualquier tiempo y situación. La “casa eterna” representa ese modo de vida en el que el hombre es capaz de realizar sus aspiraciones, y así, cada vivienda de Kahn es una búsqueda o un paso para encontrar el anhelado modelo del hábitat simbólico.
El de la casa como origen de la arquitectura, y la construcción de la “Habitación”. Para Kahn, todo empieza y todo acaba con la habitación. La habitación es el comienzo. Unidad básica donde el hombre habita y desarrolla sus hábitos.
Al mismo tiempo es el fin. En realidad, el final de su carrera. En 1971, poco antes de su muerte, dibujaría su famosa habitación para una exposición acerca de la ciudad de Philadelphia. Y en el expresaría la idea de que la arquitectura surge de la construcción de la habitación y que la planta es en realidad un conjunto de habitaciones asociadas, el lugar de la mente.
La habitación dibujada por Kahn estaba totalmente definida; tanto en el dibujo, como en sus palabras y pensamiento. Explicar la habitación y sus elementos, nos ha servido para comprender sus casas, en sus sistemas de orden, el respeto por los materiales, el vocabulario de la luz y la ventana, el lugar y el paisaje, el espacio de la chimenea y sobre todo el habitante.
En definitiva, esta tesis trata de demostrar que cada casa fue un ensayo, un paso, en la búsqueda de la esencia de la arquitectura a través de la habitación; y que todas fueron “construidas” al menos en la mente de Louis Kahn para honrar al espíritu de la arquitectura.
Como Kahn, hemos tratado aquí de construir la habitación que el arquitecto dibujase en 1971. E igual que el arquitecto hemos utilizado el dibujo para hacerlo. Nuestros dibujos han sacado a la luz esas casas que estaban esperando el momento adecuado para revivir. Debíamos recuperarlas. Porque para Kahn habían existido. Porque para nosotros eran proyectos que merecían ser contados. Porque para sus casas había llegado el momento de renacer gracias a su VOLUNTAD POR EXISTIR que nunca las había abandonado.