MIES VAN DER ROHE Y LA BAUHAUS.
Mies van der Rohe dirigió la Bauhaus entre septiembre de 1930 y agosto de 1933. La que sería la última etapa de la escuela para el arquitecto significó su primera experiencia académica: una actividad que continuará en Chicago y mantendrá en paralelo a la práctica profesional hasta finales de los años cincuenta.
El documental Bauhaus. El mito de la modernidad, dirigido por Kertin Stutterheim y Niels Bolbrinker, comienza mostrando unas fotografías de época de la escuela en Dessau: unas manos expertas protegidas con guantes las liberan del envoltorio de protección. Se exponen a la cámara con el respeto de una pieza de museo. La imagen de la Bauhaus ha quedado indisolublemente unida a la de este edificio. Walter Gropius, su fundador, escribía en 1919 el programa de intenciones que empezaba con la expresión ¡El último fin de toda actividad plástica es la arquitectura¡ Por ello sorprende el hecho de que la escuela no tuviera un departamento de arquitectura activo hasta 1927 siendo su primer responsable Hannes Meyer, que se convertiría en el segundo director de la institución. Jorge Torres Cueco aporta un revelador cuadro cronológico del periodo de vinculación temporal de los profesores con la escuela en el libreto que acompaña la edición en CD de Arquia del documental. Del gráfico se desprende la plantilla que acompañó a Mies en la última fase de la Bauhaus: junto a los veteranos Joseph Albers y Wassily Kandinski, figuraba el fotógrafo Walter Peterhans y los arquitectos Alfred Arndt, Ludwig Hilberseimer y Lilly Reich, interiorista, como última incorporación. La actividad pedagógica de Mies supuso un cambio respecto a las directrices de su predecesor y como director de la escuela afrontó variadas dificultades entre las que se cuenta la revuelta de los estudiantes que lo consideraban un arquitecto elitista.
Mies desarrolló un tipo de ejercicio académico que consistía en proyectar pequeñas viviendas bajo unas premisas de partida estrictas y muy relacionado con el trabajo profesional de su despacho. Estaba orientado a adiestrar la percepción visual de los espacios habitables desde la consideración de la precisa constitución física de los elementos que la configuran. Entre 1926 y 1937, Mies y Lilly Reich proyectaron ochenta espacios expositivos para la industria y el gobierno alemán -entre los que se cuenta la Colonia de viviendas Weissenhof y el Pabellón de Barcelona- lo que constituye un capital extraordinario de experiencia con relación a lo que está organizado para ser visto. La tesis doctoral de Laura Lizondo Sevilla “Arquitectura o exposición. Fundamentos de la arquitectura de Mies van der Rohe” recoge este cuerpo de obra magnífico cuyas implicaciones en la producción miesiana hay que seguir evaluando. Las consideraciones estéticas de Mies contemplaban un nuevo orden visual con relación a la arquitectura y el mundo moderno, y lo hacían de un modo diferente al de sus contemporáneos. Esto se hace evidente comparando, por ejemplo, las distintas demandas que le hacen a la fotografía , instrumento primordial de producción visual, Mies o László Moholy-Nagy, quien lideró el ámbito de la cultura visual en la Bauhaus junto a su esposa Lucía hasta 1928.
László Moholy -Nagy buscaba nuevas visiones y una diferente interpretación del mundo. Por un lado, experimentaba con los dispositivos mecánicos reproducción: fotogramas, proyecciones simultáneas, rayos X, fotografía microscópica, efectos de luz y efectos cinéticos o distorsiones ópticas. Por el otro, buscaba puntos de vista en posiciones inusuales, direcciones oblicuas, extrañeza en las proporciones, curvatura del campo visual, superposiciones, repeticiones, etc. Todo un programa de planteamiento que se inscribe en las vanguardias de principios del siglo XX.
Juan Antonio Cortés, en su libro “La liberación vanguardista. Nuevos principios formales en el arte y en la arquitectura del Siglo XX. 1901-1931”, hace un fenomenal compendio en dos volúmenes de las nuevas propuestas plásticas que cuestionan las convenciones de las leyes perspectivas y proponen inéditos procedimientos formales. De modo significativo el primer capítulo se titula “Un espacio sin perspectiva. Planitud y deformación”. Los siguientes capítulos se nombran y organizan según los principios que comparten estas nuevas corrientes: una mirada atomizada, la presencia del tiempo, el abandono del centro, visiones diagonales, el triunfo sobre la gravedad, la ruptura de la caja, la disolución de los cuerpos.
Mies también hondamente imbuido de la sensibilidad vanguardista hacía un uso intensivo de la fotografía, sin por ello estar interesado disparar el mismo la cámara o investigar la técnica fotográfica. Se ayudaba de ella para conseguir nuevas aprehensiones del espacio sin renunciar a la perspectiva, sino todo lo contrario. Mies encargaba ampliaciones fotográficas muy grandes de imágenes de los emplazamientos para dibujar y proyectar sobre ellas -todos los concursos-, mandaba fotografiar las maquetas, elaboraba sugestivos foto-montajes de los interiores de sus propuestas -collages-, uso de foto-murales para cambiar la percepción del espacio buscando experiencias inmersivas -exposiciones – hasta el punto hacer patente para papel pintado fotográfico - ver de nuevo tesis de Laura Lizondo-, también es conocida la estricta exigencia que mantenía con los reportajes de sus obras.
Una vez que hubo de clausurarse la Bauhaus en Berlín y Mies se instaló en Chicago, se llevó con él a Peterhans y Hilberseimer: el primero encargado del entrenamiento visual, el segundo del urbanismo en el Armour Institute, después IIT. Cuando sobrepone siluetas de papel de colores a la imagen interior de la inmensa fábrica Glenn L. Martin Company, proyectada por Albert Kahn, para esquematizar los límites de una sala de conciertos (Concert Hall) (1942) da una nueva muestra de la conciencia sobre el papel intermediario de la mirada en la nueva apreciación estética, en este caso, de un espacio industrial y del potencial del recurso a la representación fotográfica como método de exploración espacial. La tesis de Luis Pancorbo Crespo: Arquitectura industrial de Albert Kahn Inc. 1900-42. La arquitectura como objeto técnico informa el cuerpo de trabajo del ingeniero arquitecto y aporta reflexiones acerca de las relaciones entre forma artística (kunstform) y arte de la construcción (baukunst) que conciernen a la obra de Mies y a la de sus seguidores como Gordon Bunshaft. Otras dos tesis doctorales proporcionan contenidos para alimentar la continuidad de esa dicotomía: Mies’ Two-way Span de Eduardo Genari Mantovani y Forma y tectonicidad: estructura y prefabricación en la obra de Gordon Bunshaft de Nicolás Sica Palermo.
Mies instauró una nueva orientación en la educación visual. El progreso en aprender a ver tiene que ver sobre todo con el diferenciar percepciones. Las aspiraciones de ingravidez, flotación, equilibrio inestable o asimétrico, equivalencia direccional, movimiento, apertura también se manifiestan en los proyectos de Mies , quien hacía gala de una intensa conciencia del modo de ser y del modo de aparecer del mundo. Mies escruta lo que le rodea para tratar de ordenarlo de otra manera, de proporcionar a los materiales una nueva organización que colme nuestras aspiraciones estéticas. Mies no apremia a la cámara, si no que cambia el mundo para que se muestre de otra manera .