Teniendo “un poco” conocimiento de la situación actual en la que se encuentra sumida España actualmente, es sabido por todos que la BURBUJA INMOBILIARIA ha contribuido casi en un 90% a la situación actual de la arquitectura española. Y haciendo un guiño a este hecho, se plantea como idea de proyecto un sistema libre de “burbujas” que flotan en el agua, quedan a la deriva y se encierran  en un sistema de pasarelas (sus esposas).

Cada “mini-piso” es un elemento independiente y autónomo que sirve de residencia a cada uno de los personajes encarcelados: el alcalde, el concejal de urbanismo, el arquitecto, el promotor, el banquero, el jurado de reconocido prestigio  y el ciudadano especulador.  

Las pasarelas se contemplan como un elemento de comunicación que vincula las diferentes entidades y que además permite a los visitantes ver de cerca las viviendas y comentar acerca de ello…

Además, para no romper con la naturaleza terrestre, como se ha realizado en todo el territorio español durante los últimos 50 años, se instala la nueva “residencia-cárcel” sobre el agua, y se plantea como un elemento efímero que puede ser desmontado y trasladado, de modo que, en el momento en que la construcción no se utilice se podrá reciclar, y el paisaje no tendrá ninguna huella permanente.

¿¿Por qué encerrarlos cuando podemos liberarlos?? Hay maneras mucho más crueles que la cárcel para castigar a aquellas personas que han contribuido a causar un daño incalculable en la sociedad actual. La soledad y la privación de la intimidad pueden ser las más importantes.