La idea de proyecto trata de dar habitación a las personas ajenas al centro de las ciudades, seres periurbanos que pasan, trabajan o comercian, pero que no viven allí, no sienten ese espacio como suyo. Para ello se crean lugares que puedan habitar temporalmente, sirviendo a sus necesidades como seres experienciales y sociales en un ambiente doméstico. Lugares gestionados según las reglas de la economía colaborativa y gestionados mediante las nuevas tecnologías.

Formalmente se desarrolla un concepto de ocupación provocativo, capaz de tomar el espacio público y poner en valor su condición escultórica y espacial con una arquitectura limpia y neutra, defensora del silencio y la lentitud, justo en el epicentro de las prisas, los ruidos y el estrés de la civilización.