La vivienda colectiva es la materia prima más abundante e importante que tenemos para concebir nuestras ciudades. El músculo de la ciudad. La arquitectura de lo común, de lo ordinario. El punto de intermediación entre nuestro cuerpo y nuestro entorno, entre lo más íntimo y lo compartido. Nuestra casilla de salida para relacionarnos entre nosotros y nuestro entorno.
El trabajo busca reivindicar esta perspectiva de la vivienda y la responsabilidad de los arquitectos sobre ella. Analizar la tipología, su agregación y su relación con la ciudad a través de una serie de parámetros que a menudo han quedado olvidados en su concepción y diseño. Parámetros más sociales, más humanos y, en el fondo, más políticos.
Lo construido en relación con lo sensitivo e ideológico. Transición, clase, género, flexibilidad, adaptabilidad, colectividad, jerarquía, etc.
¿Cuáles son los parámetros tipológicos que nos hacen avanzar hacia la sociedad a la que aspiramos? ¿De qué manera podemos incorporarlos en la concepción de nuestras viviendas? ¿Si la arquitectura es el reflejo de la sociedad y tradición de un lugar, no debería ser también precursora y herramienta indispensable para sus cambios?