El local se muestra al peatón de forma discreta, como un escaparate más en una calle comercial y céntrica de Madrid, sin dejar intuir el inesperado e imponente espacio final.

Al acceder al local, unos grandes soportes de madera de roble generan dos importantes estanterías enfrentadas , de escala mayor que el propio acceso.  Éstas estructuras de madera dan la bienvenida al cliente de forma cálida, mostrando una selección de los diferentes tipos de objetos que tendrá ocasión de ver, desde pequeños accesorios hasta piezas de mobiliario.

A continuación el local se fragmenta en dos alturas, dentro de las cuales una cinta metálica recorre los perímetros generando los apoyos de baldas de madera y vidrio, superficies de exposición de producto más pequeño. En ciertos momentos la cinta metálica se separa del contorno, acotando sutiles recintos en los que mostrar conjuntos de mobiliario. El cuidado diseño de las mesas centrales aporta variedad y versatilidad al conjunto.

Tras recorrer las cintas metálicas llegamos al gran espacio de casi 7 m de altura, de marcado carácter exterior gracias a los lucernarios en techo, los nichos iluminados y la fábrica de ladrillo cara vista recibido a hueso, elemento que configura y ayuda a general la geometría de la escalera trasera. Un gran patio compuesto por estructura de acero y vidrio alberga un gran árbol, matizando la entrada de luz natural.

El protagonismo de este espacio final se enfatiza mediante la suspensión en el techo de una gran estructura metálica que alberga tres pantallas gigantes, a modo de centro multimedia, visibles desde ambas alturas del local.

La materialidad del conjunto se lee siempre mediante el siguiente código: cemento como elemento unificador de las diferentes zonas, acero lacado en negro como elemento estructural, madera de roble como soporte de producto y por último vidrio y espejos para potenciar la profundidad y ligereza.