La identidad de un pueblo
En el marco de la regeneración urbana que se esta llevando a cabo en el barrio de Txábarri de Sestao, la intervención nace con la clara idea de dar continuidad al patrimonio construido y cultural, y reforzar el carácter singular de Sestao, marcado por su pasado industrial, vinculado en gran medida a la producción siderometalúrgica.
El emplazamiento se sitúa en el límite entre la ciudad y las grandes infraestructuras industriales. Precisamente donde los edificios de viviendas en evidente deterioro, dialogan con el gran esqueleto metálico del Alto Horno de Vizcaya, la gran referencia patrimonial de la ciudad, y donde las pequeñas edificaciones de los trabajadores británicos conviven con la silueta de las dársenas que pueblan la margen izquierda de la ría.
Atraídos por este característico contexto, la intervención hace referencia directa a esa industria siderúrgica que siempre ha dado carácter a la ciudad, tratando de reactivar en el imaginario popular ese vínculo con el metal que tanto les ha dado como les ha quitado. A través de estructuras metálicas crudas, se busca la creación de nuevos espacios de encuentro y refuerzo de la identidad colectiva, que impulsen la actividad que estimule las relaciones sociales y productivas de los habitantes.
Reactivación del espacio urbano
Bisagra entre dos realidades. La morfología de Sestao, con el centro urbano ubicado en lo alto de una colina y la zona industrial extendida en la zona baja junto a la ría, ha generado una desconexión tanto física como social entre los habitantes de cada ámbito.
La intervención se enmarca dentro del plan de rehabilitación del barrio Txabarri (zona baja), siendo la Plaza El Sol la mayor referencia de espacio público de este ámbito degradado. La morfología de la plaza, dividida en 3 cotas diferentes (+0, +5, +10), hace que este espacio trabaje como bisagra y haga de transición, hilando el espacio público entre la zona baja y la alta.
La conexión entre cotas encuentra su punto más significativo en el frontón ubicado en el centro del eje longitudinal de la plaza. En este punto, la pared de frontón trabaja como muro de contención entre la cota +0 y la cota +10, generando visuales directas tanto de la calle superior hacia abajo como al revés. La cubrición del frontón y su carácter multifuncional ha sido el punto de partida para diseñar una estrategia capaz de estructurar todo el espacio público y ser catalizadora para la creación de un nuevo lugar de encuentro entre diferentes.
Cimientos para un lugar de encuentro
La intervención se divide en 3 ejes fundamentales de trabajo:
1. Cubrición del frontón y creación de la pérgola. La estructura de la cubierta del frontón y de la pérgola introduce la estética industrial característica de los límites de Sestao en el espacio público con el objetivo de contribuir a la construcción de la memoria colectiva. Sin embargo, el gesto de las cerchas nace de la necesidad de eliminar los pilares en la plaza debido a la diafanidad que requieren la multifuncionalidad que tienen los frontones de hoy en día en las ciudades.
Se ha construido una cubierta escalonada (que respeta las visuales desde la calle superior) a base de tres cerchas metálicas biapoyadas de 28 metros de largo y 4,8 metros de canto. En los tramos horizontales, con una inclinación del 20%, se repite el mismo patrón triangular que en las cerchas. Tanto la estructura secundaria como la sub- estructura del policarbonato celular de cubrición, se han modulado siguiendo la dirección de las correas diagonales de las cerchas. Todo está modulado según el tamaño de las placas de policarbonato celular, generando una limpieza constructiva y una coordinación dimensional en todo el edificio. La pérgola se ha formalizado prolongando la cercha más baja del frontón otros 28 metros hacia el este, paralela al muro de contención existente y sustentado en un pilar triangular de hormigón, de las mismas proporciones que los módulos de las cerchas.
2. Tratamiento de los existente. Tiene como premisa la reducción. Frente a la situación previa, basada en intervenciones “parche”, se apuesta por la unificación de texturas tanto de pavimentos como de muros, para dejar el protagonismo a la vegetación y a la nueva cubierta.
La urbanización se formaliza mediante un pavimento continuo de hormigón puli-abujardado. Los cortes de retracción del hormigón se han realizado siguiendo una trama triangular basada en la triangulación de las cerchas principales del frontón.. Así, el pavimento se convierte en un tapiz que hace desaparecer los diferentes acabados y pequeños desniveles en todas las áreas de la plaza para crear un mosaico triangular que genera un espacio urbano continuo, que, junto con la disposición estratégica del mobiliario urbano facilita delimitar los diferentes ámbitos sin necesidad de otro tipo de barreras añadidas.
Los muros de contención existentes, frutos del desnivel de espacio urbano, junto a la barandillas necesarias, se tratan con la misma idea de la unificación de texturas y colores. Además se han colocado plantas trepadoras en las zonas donde interesa reducir la presencia de ellos.
3. Tratamiento de zonas verdes. Se ha entendido el valor que tienen las zonas naturales en entornos urbanos tan densos y se ha tratado de potenciar y respetar al máximo la vegetación existente. Se ha propuesto mantener el carácter salvaje de las zonas verdes existentes eliminando la vegetación en mal estado y plantando árboles y especies adecuadas para las necesidades de cada espacio.