El colegio está situado al noreste de la localidad de Torrijos en Toledo, con un programa de doce unidades de primaria y seis unidades de infantil. La actuación crea un espacio interior sencillo y  tranquilo, ofreciendo al niño un buen lugar para el aprendizaje, protegiéndolo del ruido y exceso de información exterior.

El edificio se plantea como un esquema en peine, con una banda principal que reúne el acceso y los distintos usos comunes del centro y tres bandas perpendiculares a ésta que recogen y  agrupan el resto de los usos: aulas de infantil, aulas de primaria y zonas de administración. La actuación se completa mediante un pequeño pabellón deportivo cubierto.

En los espacios de circulación, la luz natural y la relación visual con los espacios exteriores son protagonistas.

Cada una de las funciones y paquetes de usos se sitúan en una banda, dejando entre ellos espacios abiertos que se convierten en los patios de recreo y espacios verdes necesarios.

La luz natural y el juego con el color son los protagonistas del proyecto.