El proyecto se emplaza en un sector de nuevo crecimiento en el que los edificios, distantes unos de otros, construyen un paisaje anodino, provocando así la necesidad de implantar equipamientos que eviten el efecto de isla residencial y generen espacios urbanos de convivencia. El solar donde se ubicará el edificio queda embebido dentro del sector, rodeado por edificios, dejando únicamente dos resquicios de vinculación a la ciudad: la avenida de circunvalación AB-20, situada al norte del solar, y la vista hacia Chinchilla, respetada por una zona verde situada al sur. El resto de condiciones las fija una ordenación urbanística restrictiva que obliga a construir una edificación lineal de orientación este-oeste.

El programa de centro sociocultural aglutina usos sociales diversos que constituirán el principal edificio público del sector, así como el único lugar donde la ciudadanía tome conciencia del barrio que habita. Debido a ello creemos que el edificio debe constituirse como un elemento representativo, diferente de su entorno pero adaptado a él, capaz de generar los espacios de expansión ineludibles para el desarrollo de la vida urbana.

La construcción del programa en un edificio plenamente compacto ocupa un alto porcentaje de la parcela, sin embargo la estrechez de la misma hace que los espacios libres vacíos acaben siendo inútiles. Debido a ello se opta por estirar ese esquema a lo largo de toda la longitud de la parcela, incorporando los espacios libres al interior del edificio y vinculándolos a los distintos usos.

El edificio se genera a partir de dos niveles de calle, el de planta baja que integra el retranqueo a la parcela anexa con aceras y zonas verdes próximas, y un nivel superior creado a partir de una rampa peatonal que da acceso a la planta primera. Las comunicaciones verticales se llevan a cabo mediante dos núcleos de escaleras y ascensor, procurando una distribución de usos y circulaciones que otorgue a todos los programas un acceso independiente del resto del centro sociocultural, pero siempre con la posibilidad de vincularse a los espacios generales del mismo.

Formalmente se configura como una pieza sólida de 117m de longitud y 15m de anchura, a lo largo de la cual aparecen una serie de patios que, a modo de perforaciones horizontales, construyen una cadena de espacios públicos entrelazada con las zonas de uso. La materialización de este concepto general de lleno-vacío se lleva a cabo mediante una fachada de aluminio perforado, que encierra las zonas sólidas, a la que se contrapone un segundo velo de vidrio de color que envuelve y colorea los huecos. Se genera una imagen rotunda y clara, donde toma especial importancia el vacío, como lugar donde se lleva a cabo la vida pública, contrastando con las zonas sólidas envueltas por una piel que mide su relación con el exterior, como si de un kiwi perforado se tratase.

El funcionamiento energético del edificio se optimiza mediante una construcción de grandes zonas compactas que evite las perdidas energéticas, así como con el uso del cerramiento perforado para filtrar el sol de verano y facilitar el acceso solar en invierno, lo que corrige notablemente las deficiencias provocadas por la orientación este-oeste del planeamiento. A su vez, esta fachada facilita la construcción con un sistema trasventilado que mejora el aislamiento y evita la aparición de puentes térmicos, creando un aislamiento continuo entre todas las fachadas y la cubierta. La extensión de la cubierta permite instalar sobre ella una gran superficie de colectores solares y placas fotovoltaicas que reduzcan la huella ecológica de la edificación. La profundidad de la edificación y la doble orientación permite tener ventilación cruzada e iluminación natural en toda la edificación.

Los sistemas constructivos tanto interiores como exteriores obedecen a los criterios presupuestarios establecidos, buscando siempre sistemas continuos, tanto en cerramientos como en particiones, que permitan una construcción con productos industrializados de rápido montaje y alta calidad.

Este proyecto para el centro sociocultural de Albacete, crea el principal espacio público de un barrio en construcción, donde la ciudadanía, además de tener cubiertas sus necesidades culturales, sanitarias o sociales, encuentre un lugar de reunión, en el que la suma de personas se torne en barrio y la arquitectura se convierta en ciudad.