“La arquitectura es la única arte que el hombre encuentra cada día delante de sus ojos sin elegirlo” (Saber ver la arquitectura - Bruno Zevi)

¡De esta premisa empieza mi dedicación a esta disciplina!
Si aún se habla sobre el compromiso del arte respecto a su sociedad sin resolver el dilema, creo que el arquitecto debe y puede comprometerse con todas sus fuerzas; y al mismo tiempo la sociedad tiene que protegernos para que no perdamos de vista este objetivo.

El arquitecto no puede abstenerse del considerar, en el desarrollo de sus proyectos, todo lo que sus obras aportarán en el tejido social y urbano en el cual está interviniendo; por esto considero de fundamental importancia la lectura y el estudio del entorno, de lo existente, de las peculiaridades diferentes que cada emplazamiento ha generado con el pasar de los años para emplearlo como punto de partida del proyecto arquitectónico, que generará nuevos procesos específicos de cada circunstancia.

Creo en la arquitectura adaptada al lugar, y no el lugar adaptado a la arquitectura.


Con estas premisas claras en el proceso de desarrollo del proyecto se puede conseguir una buena arquitectura, premisas apoyadas sobre una base de conocimientos técnicos imprescindibles para el dominio de la disciplina.
De aquí luego se distinguen las sensibilidades personales.