Lo que me motiva principalmente para dedicarme a la arquitectura, es la posibilidad conciente de participar y contribuir a la transformación del “hábitat” antrópico, de forma directa y activa.
A este nivel creo que la figura del arquitecto tenga un papel clave en la definición de nuevos paradigmas , adecuados a un contexto socio económico desfavorable, intentando hacer que la Arquitectura sea la solución primaria a los problemas y no se convierta ella misma en un problema añadido.
La oferta del “habitar” en relación al “hábitat”, tiene que ser pensado como una tensión viable, donde la calidad de los espacios de vida publica o privada no entren en contrasto sino se vinculen a las necesidades de un usuario contemporáneo, de sociedad en transformación cada vez mas rápida. Por esto personalmente creo que el tema central de la arquitectura hoy en día esta en sus procesos de ideación y realización, vinculados a los programas mas idóneos.
En paralelo las crisis mundiales, tanto económicas, como ecológicas, la precariedad del habitar (el drama del Japón entre otros) , nos obligan a reconsiderar la materia arquitectónica desde el punto de vista de su impacto ecológico, sus costes y sus procesos constructivos. Materiales, emisiones, energía incorporada, facilidad de montaje y desmontaje, transporte, son todos apartados que condicionan la esencia de un proyecto y determinan su realismo en las condiciones actuales.
Concluyendo, según mi opinión la Arquitectura hoy en día tiene que encontrar sus virtudes en las buenas soluciones con pocos recursos y no la irreal definición de soluciones pensadas con recursos ilimitados, propasando, a nivel urbano, ciudades, que no “explotan” en las afueras, si no antes recuperen los huecos urbanos potenciales para regenerar tejidos atractivos. Propasar modelos de vivienda que colaboren hacia un entorno mejor tanto a nivel energético, cuanto a nivel compositivo, incorporando los ciudadanos en los procesos, generando economía, siguiendo casi una lectura de la realidad autopoiética.