La artista Nuria Ruibal plantea con esta instalación concebida específicamente para la sala Zona C, (Santiago de Compostela) un interesante recorrido en el que nos habla de la vulnerabilidad del ser humano en su yo más íntimo y de las barreras de las que dispone para defenderse y relacionarse con el mundo exterior y la temida y deseada mirada del otro.
Es en el rostro donde encontramos el lugar donde la vulnerabilidad se manifiesta más intensamente ya que el rostro es fachada, es lugar expuesto pero también es el reflejo inevitable de nuestro interior. La artista refleja esta fragilidad conformando un delicado paisaje de alfileres punzantes sobre los cuales dibuja el paisaje de su propio rostro enlazando hilos de lana sobre ellos.
Este autorretrato iluminado se halla precedido y protegido por una estancia previa, una antesala corpórea donde hilos más gruesos conforman la piel, la carcasa defensiva que el espectador habrá de traspasar para contemplar el rostro. Estos hilos presentan nudos como metáfora freudiana de la cicatriz que el conflicto, que las heridas emocionales dejan en nuestra razón. Nudos que habrá que deshacer para llegar a ver nuestra verdadera naturaleza.
El nudo final u origen, pues se puede ver de ambas formas ya que el recorrido mental que sugiere es contínuo, lo conforma el ovillo como el germen origen de la materia que nos conforma, germen infinito que también se ilumina a modo de invitación al recorrido, a traspasar los umbrales que la artista plantea para llegar al punto donde ella se muestra y desnuda su alma en su retrato.
Ana Amado / Comisaria
Blog: http://www.entrearazoneapel.blogspot.com
Finalista XIV Premios COAG. Categorías Arquitectura Efímeras.
Finalista Premios Arquitectura Plus 2011. Categorías Arquitectura Efímeras.
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