La propuesta trata de hacer un máximo aprovechamiento de los condicionantes urbanísticos (edificabilidad) y físicos (dimensiones, orientación, etc.). La planta baja del conjunto se destina a usos comerciales y acceso común a las viviendas, que se disponen a partir de planta primera. La centralización del acceso y del núcleo principal de comunicación vertical permite generar un sistema de corredores y pasarelas que dan acceso a cada vivienda y al resto de espacios comunes, manteniendo estos espacios separados de la zona inferior.

En planta baja se libera una gran superficie que puede ser compartimentada libremente para disponer de hasta 600m2 alquilables. En esta fachada a la Avenida Campo de la Libertad, la planta baja continúa la alineación marcada por la edificación colindante y se genera así un porche rematado por una pieza perforada que otorga imagen e identidad al acceso. La planta baja se termina de definir con una pieza que alberga una cafetería-restaurante y una sala de uso múltiple.
La vivienda:Se trata de un módulo reducido, mínimo, con los elementos indispensables para una persona o una pareja. La principal premisa era dotar a todas las estancias de luz y ventilación natural. La zona de servicio (cocina y aseo) lo hacen desde los pasajes que dan acceso s las propias viviendas, mientras que el salón-comedor y el dormitorio presentan aberturas hacia las tres fachadas en las que se alinean los módulos. Destaca el amplio ventanal del salón-comedor, que extiende visualmente el espacio interior hasta el balcón orientado de cada unidad.Las viviendas presentan, además, un elemento de acceso que hace las veces de porche previo en el que poder extender un tendedero, y que permite la iluminación de cocina, aseo y vestíbulo, preservando la privacidad a pesar de las reducidas dimensiones. Se realiza mediante una celosía de chapa o madera, según la vivienda, material que se repite posteriormente en el acabado del balcón, dando unidad y personalidad a cada módulo.