La forma del banco rodasol evoca el contorno circular del Sol, astro que da nombre a la plaza madrileña y que en su día inspiró su característico trazado semicircular.

El diseño circular del banco persigue con su sencillez, neutralidad formal y carencia de orientación, interferir lo menos posible en la ordenación espacial de la plaza.

El banco, ligero, considerando sus dimensiones y el número de usuarios que pueden utilizarlo simultáneamente, está dotado de ruedas para permitir el cambio de posición y acomodarse a los eventos que puedan organizarse en la plaza, participando del carácter de movilidad que actualmente posee este espacio urbano.

Su construcción, basada en el material slimconcrete, se genera mediante una superficie curva laminar de 20 mm de espesor, reforzada con unos nervios radiales en los que irán atornilladas las ruedas, que transmitirán la carga al suelo.

La forma del banco permite diversos modos de utilización para acomodarse a las diferentes edades y preferencias de sus usuarios.