En un local en planta baja abandonado y ocupado durante mucho tiempo por una gestoría, se plantea una actuación para concederle una segunda vida transformándolo en un luminoso espacio gastronómico que pueda acoger, además de los servicios de cafetería y restauración, usos educativos y culturales que puedan contribuir a la activación de este barrio de la ciudad de Valls.
El espacio se sitúa entre medianeras y presenta dos fachadas, una completamente transparente que se abre a la calle, y otra, en la parte posterior, ocupada parcialmente por una nave industrial.
La primera acción del proyecto consiste en buscar la máxima transparencia transversal para que la luz natural pueda llegar a todas las esquinas del nuevo café. Mientras en la fachada posterior se conciben unas aberturas en la parte superior para iluminar y ventilar las zonas de servicio, la fachada urbana es permeable y se abre al espacio público desdibujando sus límites. Su sección se amplia para generar un espacio habitable tanto desde el interior como desde el exterior y permitir, a su vez, la apertura total de las carpinterías de cada uno de los dos ámbitos de acceso.
La segunda estrategia de la intervención consiste en descubrir la estructura existente de hormigón, que divide un único espacio diáfano en tres ámbitos domésticos abiertos: el jardín, el comedor y la cocina.
Jardín
El espacio de entrada es un cojín entre la calle y el espacio central del café. El techo textil de bóvedas invertidas nos transporta a una carpa, un espacio festivo interior, o una pérgola exterior que forma parte de un jardín. El diseño de mobiliario de distintas dimensiones y materiales y la incorporación de vegetación dan lugar a una zona distendida, dónde los más pequeños encuentran también su espacio de juego. Las cualidades interiores y exteriores del espacio están reguladas por las grandes carpinterías metálicas de entrada, que, a su vez, formalizan un banco y una mesa que se apropian de la calle.
Comedor
El espacio central está protagonizado por una mesa de grandes dimensiones, un espacio donde reunirse y compartir que permite acoger una gran diversidad de actividades. Un banco con distintas mesas recorre una de las medianeras, dando opción de disfrutar de una zona más íntima. La otra medianera contiene un mueble-mostrador de servicio y almacenaje.
Cocina
La tercera crujía contiene la cocina, que se abre al espacio central, los baños y las instalaciones. Para acoger los espacios técnicos el pórtico estructural se completa con bloques de hormigón. El muro de bloques se combina con superficies de vidrio translúcido, que mantienen la intimidad de los espacios de servicio y a la vez transportan la máxima luz posible al espacio central.
El resultado es un único espacio sin atributos esperando a ser colonizado por objetos y usuarios. Un ámbito polivalente dónde todo es posible.
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