Este es un estudio acerca del espacio, entendido éste como categoría arquitectónica.
Puede parecer que esta precisión no es necesaria en un trabajo de investigación presentado en el ámbito de una Escuela de Arquitectura. Sin embargo es pertinente enunciarla, porque, aunque analizaremos la obra de un escultor, siempre lo haremos desde la condición espacial y arquitectónica que él mismo le asignó.
Con mucha frecuencia, la arquitectura, por su especificidad, ha buscado en sí misma las referencias para abordar cualquier problema proyectual. Sin embargo, muchos autores han encontrado su idea de proyecto o su desarrollo espacial en conceptos ajenos a la propia arquitectura, desviándose hacia temas de otras áreas artísticas. En este sentido, la escultura, debido a su inmediatez material y temporal de ejecución, ha sido capaz de investigar más rápidamente que la arquitectura sobre los parámetros que rigen la realidad espacial y la percepción de ésta.
El presente trabajo de investigación se centra en esa transversalidad que permite definir nuevas concepciones del espacio y analizar la posible aplicación de las mismas dentro del marco arquitectónico.
Tal como anuncia el título, se pretende analizar el papel del espacio en la obra del artista vasco Jorge Oteiza (Orio, 1908 - San Sebastián, 2003). No se trata aquí de encuadrar la obra de Oteiza en la historia del arte. Se pretende, más bien, comprobar si su escultura, puede explicarse como producto de la utilización de una idea de espacio cercana a la arquitectónica.
Para analizar el papel del espacio en Jorge Oteiza nos apoyamos fundamentalmente en varios instrumentos eficaces que permiten entender sus categorías espaciales. En primer lugar, se ha acudido a los escritos teóricos que el escultor consultó y a los que él produjo, tanto en publicaciones como, sobre todo, en multitud de documentos manuscritos o mecanografiados, muchos de ellos aún inéditos, que la Fundación Museo Jorge Oteiza ha conseguido recuperar, catalogar y poner a disposición de los investigadores.
El segundo instrumento que se ha empleado para entender el espacio en Oteiza ha sido el análisis gráfico de sus obras, con levantamientos diédricos y tridimensionales, a partir de las piezas conservadas. No se pretende con ello construir un nuevo discurso a partir de sus esculturas entendidas como cuestionamiento experimental del concepto de espacio que sirva para su traslación al ámbito arquitectónico.
Las esculturas, al margen de su valoración particular, adoptan un sentido demostrativo dentro de la obra entendida como un conjunto unitario. Este sistema nos ha permitido extraer diversas categorías espaciales que servirán, a su vez, de método de análisis comparativo entre la escultura oteiziana y otros ejemplos arquitectónicos. De este modo intentaremos justificar la pertinencia de las ideas espaciales experimentadas por Oteiza, para entender una teoría del espacio específicamente arquitectónica.
Junto al dibujo se dota de protagonismo a la imagen. Es conocido que a través de sus experimentaciones escultóricas, Oteiza pretendía separar el espacio del tiempo, no con el objetivo de descartar a uno frente al otro, sino con el propósito de acometer con ambos un nuevo camino de investigación estética y espacial. A partir de esta idea, se pretende mostrar una interpretación complementaria de las conclusiones obtenidas en el estudio teórico, mediante otros medios de representación arquitectónica como la fotografía o el vídeo.
Finalmente nos aventuraremos a proponer una nueva interpretación espacial que yuxtaponga las ideas y las esculturas espaciales de Jorge Oteiza con ejemplos de arquitectura contemporánea que expresen bien las conclusiones espaciales destiladas a lo largo de la investigación. Estas categorías se referirán a los diferentes modos de construir el espacio por parte de escultores o arquitectos, e intentarán expresar la evolución de Jorge Oteiza a lo largo de su actividad escultórica. Nos fijaremos, sobre todo, en tres maneras de configuración tridimensional: “espacio hoyo”, espacio modelado que nos hablará de la acción sobre la masa; “espacio agujero”, espacio tallado que perforando la masa busca crear un vínculo entre dos ámbitos separados; y el “espacio vacío”, espacio plegado y densificado que conseguirá condensar un vacío cuando envuelva a la materia suprimida.
La propuesta consiste, en definitiva, en desvelar el espacio, o mejor, los diferentes tipos de espacios arquitectónicos que somos capaces de crear a partir de las cualidades espacialmente activas que se traducen del análisis de las obras de un escultor tan abierto como es Jorge Oteiza.
De este modo, el mismo trabajo de investigación se contempla como una posibilidad de jugar a nuevas formulaciones plásticas, como un proceso de investigación espacial propio y abierto a múltiples combinaciones. Como conclusión abierta hacia nuevas interpretaciones espaciales del legado del escultor vasco.