Como una alegoría de los profundos trastornos que está experimentando la China contemporánea, este cortometraje combina imágenes reales con otras producidas digitalmente para narrar el viaje a través del tiempo y el espacio de dos jóvenes campesinos en su éxodo rural.

El realizador Hendrick Dusollier, siguiendo con la temática de la ciudad como eje central de sus obras, revisa en esta ocasión el mito ancestral de la Torre de Babel trasladándolo a Shanghai, una metrópoli en la que se manifiesta de manera paradigmática el conflicto entre tradición y modernidad, entre los vestigios de un pasado comunista y la vorágine consumista del pujante capitalismo. La mezcla de géneros audiovisuales es hábilmente utilizada para enfatizar el contraste de los binomios: realidad o ficción, clase obrera o nueva élite económica, mundo rural o vida urbana, calma o frenesí…

La atmósfera misteriosa e hipnótica, reforzada por el tratamiento de la luz y el color, los travellings de la cámara y la banda sonora, no oculta una dura crítica a los convulsos procesos de destrucción urbana y especulación inmobiliaria actuales. [Ester Roldán]