“En una ardiente madrugada de un agosto parisino donde las luces oscuras de la noche luchan con un nuevo día, un poderoso rugido mecánico rompe el silencio. Sin lugar a dudas, este es el sonido claro del motor V-12 de un Ferrari 275GTB acelerando y cambiando de marcha, ya que entra furiosamente en el túnel en Porte Dauphine. Del mismo modo, al salir por la avenida de los Campos Elíseos, el conductor apunta a la Place de la Concorde y al Palais Garnier, bajando en una carrera loca dentro del corazón del centro. A medida que el automóvil ingresa con neumáticos chirriantes, las estrechas y adoquinadas carreteras resbaladizas, esparciendo palomas y peatones petrificados en el camino con su poderoso ruido, claramente, este emocionante viaje de angustia continúa su curso hacia la Place Pigalle. Con el destino final en la Basílica del Sacré-Coeur y con una última horquilla ciega que podría volver el cabello gris, el intrépido conductor llega al final de este viaje de alta adrenalina. Pero, ¿quién está esperando en la línea de meta?”