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Centro de Documentación / Ciclos

Álvaro Siza Vieira

TRAVELLING

TRAVELLING

Juan Domingo Santos

En una conversación con Álvaro Siza me comentaba que de niño su padre alquiló una casa en un valle con magníficas vistas para que se recuperara de una enfermedad respiratoria. Debía guardar reposo y sólo tenía autorización médica para asomarse a una terraza. Los primeros días le gustaba contemplar los valles que se abrían a su vista, pero pasados un tiempo, divisar el paisaje se convirtió en un acto rutinario carente de sorpresa que se tornó cada vez más tedioso, así que decidió establecer un juego consistente en abrir y cerrar parte de las contraventanas creando visiones fragmentadas del paisaje con vistas diferentes cada día (1).

 
En la película “La ventana indiscreta” de Alfred Hitchcock, el protagonista, James Stewart, es un fotógrafo inmovilizado en una silla de ruedas que para no aburrirse observa desde el interior de su apartamento el mundo que se abre ante él enmarcado por una ventana. Un “voyeur” que contempla fragmentos de la vida con el objetivo de su cámara. La habitación y la ventana aparecen en el film como un único e inmenso decorado donde la arquitectura y la vida son vistos a través de los ojos del mismo personaje. La actitud de Siza, como la de James Stewart, representa la curiosidad en su estado puro y muestra que visiones parciales y fragmentarias pueden evocar un ambiente reconocible de emociones y sensaciones sin tener que recurrir a la totalidad, la imaginación hará el resto (2). Fuera, en el exterior, un repertorio de situaciones y de cosas variopintas, de historias donde aparentemente nunca pasa nada, se convierten en un pequeño mundo que se abre ante nosotros bajo una exposición controlada. Quizás para Álvaro Siza construir sea investigar en este campo de relaciones con una mirada introspectiva y personal (3). En nuestra conversación me hablaba de establecer un orden diferente entre las cosas y la historia, y su atracción por un cierto enigma en las relaciones que se producen entre el mundo exterior y lo que imaginamos de él (4). Nada es pequeño o grande, todo encierra un mundo complejo y sofisticado al mismo tiempo, lleno de conexiones múltiples que se encarnan de manera simultánea en sus trabajos alcanzando un estado de naturalidad asombroso (5).
El recorrido de la cámara al inicio de “La ventana indiscreta” muestra una secuencia de espacios y actividades concatenados empezando por el fragmento de un patio, siguiendo por el movimiento de una bailarina y el de una mujer paseando con su perrito, para adentrarse después en una habitación a través de una ventana y sobrevolar una cámara fotográfica rota dispuesta sobre la mesa hasta detenerse en el rostro sudoroso del protagonista. Este singular paseo de la cámara ofrece información suficiente para sugerir dónde nos encontramos, quién es el protagonista y lo que interesa del escenario arquitectónico. Cuando al final de la película el asesino entra en la habitación y le increpa a James Stewart “¿Qué quieres de mí?” Éste, sin saber qué responder movido exclusivamente por la curiosidad y el aburrimiento, tiene que defenderse del ataque del asesino con sus instrumentos de fotógrafo, lanzando “flashes” y golpes con su cámara, sirviéndose de elementos propios relacionados con el personaje o con los lugares de la acción, porque de lo contrario, como decía Hichtcock “tengo la sensación de que desaprovecho algo si no me sirvo de esas cosas”, derroches innecesarios que llevan a construir con mínima energía en continuidad con los lugares y las cosas que nos rodean (6 y 7).
Las obras de Siza son siempre invitaciones a mirar desde una ventana, a entrar en un sitio o a salir de él de una peculiar manera, también, como diría Juhani Pallasmaa, a subir a una escalera, apoyarse junto a una pared o a tumbarse en el sofá para ver el techo y ciertos elementos que a simple vista pasan desapercibidos (8). Una secuencia de experiencias y acontecimientos donde la arquitectura se abre al diálogo con el paisaje, con la historia de los lugares, con la memoria y también con las cosas más insignificantes, consciente de la “imposibilidad debilitante de finalizarlo”.
Decía el escultor Cabrita Reis “somos aquello donde queremos llegar y a eso se llama historia”, un conjunto de ventanas que día a día abrimos al espectáculo de la vida.

 

Juan Domingo Santos

(Granada, 1961) es arquitecto por la Escuela de Arquitectura de Sevilla (1986), profesor de proyectos arquitectónicos en la Escuela de Arquitectura de Granada desde 1994, visiting profesor en la Technischen Univertät München (Alemania, 2010) y ha sido profesor invitado en diversas escuelas de arquitectura nacionales e internacionales.

Recursos

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Un futuro humanista [Conferencia de Álvaro Siza]

El sentido de las cosas

Una conversación con Álvaro Siza, El Croquis 140, 2008
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Dificilísimo. Puerta Nueva de la Alhambra

Dir. Juan Sebastián Bollaín, 2015
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Sobre la memoria de la ciudad y algunas notas acerca de Picasso, en “Unas casa de Cádiz”

Colegio de Arquitectos de Cádiz, 2007
Ver libro

Álvaro Siza/Juan Domingo. The Atrium of de Alhambra

ALH The Alhambra Magazine, Patronato de la Alhambra y Generalife, 2013
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