AZAR Y NECESIDAD
La arquitectura, como todo lo que existe en el mundo, es fruto del azar y de la necesidad. El azar como útil de proyecto nos lleva a un resultado final que no es más que la expresión ordenada de una necesidad.
El azar nos ofrece una situación en que un novelista soltero ha de compartir solar con una familia con dos hijos; la necesidad, a la independencia a través de la búsqueda de la solución más sencilla, flexible y funcional posible.
La solución propuesta plantea la existencia de una banda de servicios anexa a una de las medianeras, en la que se disponen los elementos fijos de las viviendas: comunicaciones verticales, zonas húmedas e instalaciones. A simple vista, se nos muestra como un único volumen, de planta baja a cubierta, pesado, contundente y cerrado, a pesar de sus múltiples patios y huecos interiores que favorecen la captación de luz y la ventilación.
Las distintas estancias de las viviendas, en cambio, se plantean como piezas ligeras que surgen de ese volumen inicial, creando espacios cambiantes, diáfanos y fácilmente adaptables a las necesidades de cada usuario.