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Los restos de la antigua edificación constituyen un zócalo del cual emerge la nueva construcción, proponiendo un diálogo basado en el respeto.
La geometría de la planta, un triángulo irregular, condiciona el proyecto. Desde el punto de partida se inicia el trabajo en volumen, con dos premisas: Contraponer lo viejo y lo nuevo Los restos de la antigua edificación constituyen un zócalo del cual emerge la nueva construcción, proponiendo un diálogo basado en el respeto. Por encima del muro existente solo se levanta una planta para no competir en altura con las edificaciones vecinas, respetando así las vistas desde el edificio Shellwood.
Integrar el volumen en el entorno La solución de la cubierta pasa por redibujar la geometría del muro existente, y se vacía la planta ubicando la terraza en el ángulo recto orientado a sur-este, encarando les buenas vistas desde la parcela. La integración con la fachada del pueblo, fachada posterior respecto al acceso de las viviendas, la conseguimos con la pendiente única de la cubierta que aboca les aguas a la terraza: el volumen va perdiendo altura, reduciendo así el impacto visual que puede provocar una construcción nueva en el conjunto del casco antiguo.