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Propuesta para el concurso de 17 viviendas de protección oficial de alquiler en Sant Ferran Ses Roques, Formentera

 

El edificio, situado en una esquina del casco urbano de Sant Ferran, se alinea a las calles de Alicante y de La Habana, consolidando la manzana en un contexto de edificaciones heterogéneas y dispersas. Se conforma un edificio de forma alargada dónde, a pesar de generar una fachada a ambas calles, reconoce una fachada principal en la calle de Alicante y una de secundaria en la calle de La Habana. En la zona sur de la parcela el edificio se distancia de los vecinos dejando una franja libre como espacio exterior común de las viviendas y a través del cual se articulan los accesos a los mismos. Este espacio queda delimitado de la calle por un muro que contiene el portal de acceso común, como pasa en el edificio vecino. A pesar de ser un edificio de viviendas plurifamiliar se busca una apariencia de casas entre medianeras de PB+1, que recuerdan a la arquitectura vernácula más primitiva y rural de Formentera. Esta disposición dibuja un perfil quebrado que refuerza esta idea y permite ir adaptando los accesos independientes de cada unidad a la topografía existente. En planta baja se accede a través de las galerías del patio o bien de manera alternativa desde la calle y en planta primera en cambio, mediante una escalera particular a través del patio.

 

Dos arquitecturas primigenias definen la tradición arquitectónica de las Pitiusas. Por un lado, la arquitectura primitiva, de muros y monolítica, de prismas encalados que delimitan espacios interiores cerrados; por otro lado, una arquitectura ligera y transpirable, de porches y umbráculos hechos a base de ramas de sabina seca. Dos arquitecturas formalmente contrapuestas, pero funcionalmente simbióticas que juntas generan espacios de confort durante los diferentes periodos del año. Con esta idea el edificio combina estas dos arquitecturas vernáculas enlazando volúmenes masivos y ligeros de manera capiculada a lo largo del edificio, dando lugar a una forma en peine permeable en dirección norte-sur. Así pues, las viviendas se organizan a partir de núcleos servidores que delimitan una franja más abierta de espacios servidos. Estos volúmenes se esculpen de manera escalonada dotando a cada aposento de las dimensiones necesarias para su uso. Las crujías más estrechas se destinan a escaleras, trasteros, baños y cocinas, liberando las de más anchura para cuartos de estar, comedores y dormitorios. Además, estos retranqueos permiten adaptarse a los puntos finales de medianera y fachada en la calle de La Habana, puesto que no son del todo perpendiculares a la dirección de la calle principal.

 

En consecuencia, los núcleos tienen una apariencia masiva, de muros con aperturas pequeñas rematados por cubierta plana, mientras que las franjas pasantes tienen un carácter más ligero y con cubierta inclinada a dos aguas. La clara orientación norte-sur del solar tiene un impacto sobre las dos fachadas principales y conforma sus aperturas. La fachada sur se muestra más permeable, maximizando la superficie de captacióń y ventilación a través de grandes aperturas debido a la reducida anchura del núcleo en este punto. La fachada norte en cambio actúa de resguardo en invierno de los vientos fríos de norte, es más introvertida y mayoritariamente opaca puesto que los núcleos ocupan la mayor parte. 

 

El hecho que el edificio esté situado en la isla de Formentera, un contexto de cierto aislamiento y cierta escasez de recursos se ve como una oportunidad para dotar el edificio de un alto grado de autosuficiencia y aprovechamiento de los recursos naturales locales. Uno de los principales aliados y a la vegada enemigos es el viento. En verano los vientos predominantes de sur (Siroco y Migjorn) son bienvenidos a través de las grandes aperturas. El cambio de sección entre la fachada sur y la norte provoca el que se conoce como efecto Venturi, un cambio de presión y por tanto aumento de la velocidad del viento, potenciando así la ventilación de la vivienda. En invierno en cambio, con los vientos predominantes fríos de norte (Tramuntana, Mestral o Gregal) conviene protegerse, reduciendo las aperturas y posibles infiltraciones de aire indeseadas. En esta misma línea, en invierno se busca un máximo de captación solar a sur a través de la galería-invernadero, un espacio de intercambio de calor que permite la aportación de aire precalentado dentro de la vivienda mediante un sistema de microventilación. En verano en cambio, mediante las protecciones solares, se evita la entrada de la radicacióń en el interior, creando un umbráculo que actúa como almohada térmica con el exterior. La compacidad del edificio y el uso de materiales de alta inercia térmica como el bloque de tierra y la cerámica cocida permiten regular de manera progresiva los saltos de temperatura en el interior de la vivienda. Finalmente, se refuerza el carácter servidor del núcleo situando a su cubierta los elementos necesarios para el funcionamiento autosuficiente de las viviendas. Por un lado, la colocación de placas fotovoltaicas orientadas a sur para la aportación de electricidad y de la otra un sistema de fitodepuración y depósito de aprovechamiento de las aguas grises por las cadenas de los inodoros. En este caso se distribuyen de manera descentralizada, agrupando las viviendas de dos en dos, dada su organización. Además, se dispone un depósito de aguas pluviales comunitario para el riego de los espacios exteriores. 

 

En el conjunto del edificio se disponen un total de 16 viviendas. Cada planta consta de 8 viviendas, 6 de un dormitorio y 2 de dos dormitorios, situados a los extremos donde se permite ganar una habitación extra. Dado que en planta primera se accede a través de escaleras se opta para situar las 2 viviendas adaptados en planta baja. 

 

Dado el carácter tectónico del proyecto, se busca reforzar esta idea de vivir en una rendija delimitada por dos volúmenes masivos a través del uso de materiales pétreos y terrosos. En fachada se opta por un muro de 40cm de hormigón ciclópeo con de restos de roca calcárea de la excavación y 10cm de aislamiento trasdosado por el interior. Los muros estructurales perpendiculares a la fachada son a base de bloque de tierra compactada de 10x20x12cm. En la franja central quedan vistos y en el interior de los núcleos en cambio, se cubren con un revoco de cal para acentuar la presencia del núcleo. En cierto modo se busca evidenciar la idea de ‘vivir en un porche’. La franja pasante entre núcleos no es más que una prolongación de la fachada exterior y el espacio propiamente interior está dentro de estos. Para la estructura horizontal se proponen forjados prefabricados de madera insertados entre los muros y religados con un zuncho de hormigón. La unidad de estandarización es la vivienda puesto que son todas exactamente iguales, aun así́ los aposentos tienen diferentes anchuras y siempre la misma alargada. Se proponen pavimentos de baldosa cerámica cocida que adaptan su despiece según la zona.

  • Información
  • Autoría

    Clasificación / Tipología

    Concurso

    Ubicación

    Calle Alacant, 19
    07871 | Sant Ferran Ses Roques
    BALEARES | ESPAÑA

    Otra información

    Fecha Inicio: Agosto 2022
    Fecha Terminación: Diciembre 2024
    Superficie construída: 1.155m²

    Agentes

    Promotor: IBAVI Institut Balear de l'Habitatge

  • Premios y distinciones
  • 2º premio en el concurso de proyectos 

Participaciones en arquia / próxima

IX Edición 2022-2023