El proyecto es fruto del trabajo conjunto con representantes de la escuela, AMPA, Instituto de Infancia y Ayuntamiento de Barcelona analizando los intereses de niñas y niños y las posibilidades de juego de los componentes del paisaje urbano de Barcelona.

Fomentar el juego y la socialización

El proyecto se alinea con los criterios establecidos en el marco del Plan Municipal Barcelona dona molt de joc  en la que se definen las bases para la construcción de una ciudad que reconozca el derecho y el valor del juego en la infancia. Se persigue así transformar un espacio hostil en un ámbito que propicie el juego y la estancia como extensión del patio de la propia escuela. No se trata de crear una nueva área de juegos reglada sino de redefinir el espacio mediante las herramientas habituales de urbanización (mobiliario, pavimentos, vegetación…).

La nueva distribución del espacio se organiza en base a la idea de crear una inercia lúdica en espiral, concéntrica a la plaza. Se organizan los nuevos elementos de mobiliario urbano y la repavimentación, siguiendo la idea fuerza de un flujo lúdico, que iniciándose en cualquiera de los accesos a la plaza y resiguiendo la barandilla como elemento conductor, absorbe al visitante en el juego que culmina en el banco espiral del centro de la plaza.

Renaturalizar y permeabilizar

La dureza de la urbanización de la plaza, acompañada por la falta de vegetación, incrementa el efecto isla de calor en un espacio sin sombra y con gran exposición al sol. Asimismo, se considera imprescindible el aumento de verde como elemento activo en el diseño que ayude a crear espacios de estancia confortables y entornos de juego junto a la naturaleza.

Es por ello necesaria la permeabilización de la superficie de la plaza y la integración de vegetación fresca y variada que aumenta la biodiversidad y mejora la captación e infiltración natural del agua mediante una estrategia de drenaje natural por estratificación progresiva. Para ello se crea un amplio parterre que recoge el arbolado existente y llega hasta el muro tapizándolo con especies enredaderas que aumentan el confort ambiental de la plaza. Se suaviza así la dureza de la urbanización existente con espacios estanciales junto al verde que acompañan e interactúan con un entorno jugable.