Optamos por crear un espacio único ocultando todo el resto de las dependencias tras un panel de madera que esconde baños, solana y dormitorios.
En esta reforma de un edificio protegido junto al teatro Pérez Galdós, en Las Palmas de Gran Canaria, se intervino en la planta segunda y en el ático con procedimientos distintos. En la planta segunda se optó por crear un espacio único para el salón, la cocina y el comedor, ocultando todo el resto de las dependencias tras un muro. El elemento delimitador se resuelve con un panel de madera que esconde los baños, la solana y los dormitorios. Se trata de un despiece en el que no se ven las puertas, que quedan camufladas tras el panel.
Hemos utilizado dos sistemas de iluminación: Uno, en los muros de carga antiguos, aprovechando las vigas metálicas, y el otro, de cuelgue, sobre unas bandejas con iluminación de intensidad regulable. En este sentido, la iluminación de las vigas queda como una huella, una luz difusa de lo que era la antigua distribución de la vivienda, pero que ahora sólo refleja en el techo.
La intervención en el ático consistió básicamente en la búsqueda de un sistema estructural para el reparto de cargas del nuevo forjado de cubierta, dado que el existente se encontraba en estado de ruina. Para ello, y debido al insuficiente espesor de apoyo en la cumbrera del edifico a consecuencia de la inclinación de la mansarda, se procedió a la creación de un perímetro de pilares metálicos “agarrados” al muro exterior, que descansan en una viga UPN de cimentación no apoyada en el forjado inferior. De este modo, los pilares quedan suspendidos y no presionan la delgada losa de hormigón ya existente.
Se optó por una gran diafanidad en la vivienda. Tan sólo la cocina se encierra en una "caja" de madera, en medio de un amplio espacio multifuncional, en el que la escalera de acceso a la cubierta es la protagonista. El pavimento continuo sube por las paredes y se introduce por las ventanas, provocando la aparición de gestos de iluminación en la viga metálica.