La construcción de un pequeño tanatorio en un pueblecito montañoso de la provincia de Málaga suponía la oportunidad de poder proyectar con las emociones.
Situado en un lugar peculiar a medio camino entre la iglesia y el cementerio, y junto a la estación del tren… Había que hacer algo blanco, un pequeño alto en el camino, un lugar sosegado y tranquilo donde poder llorar y recordar.
Y hacerlo trabajando la sección, con la luz, las vistas y el paisaje. De un modo sencillo y discreto.
Proponemos un porche de acceso, una pequeña plaza para pasear y un árbol. Y agazapado, mirando a las montañas, un pequeño tanatorio blanco...